La Semana Santa cacereña mueve cifras realmente excepcionales para una ciudad que ronda los 97.000 habitantes. El número de turistas que visitan la capital durante esas fechas es prácticamente similar a su censo (95.100 en 2018). Y esa afluencia debe conjugarse con la salida a las calles de decenas de miles de cacereños para contemplar las procesiones, además de los 12.000 cofrades que participan en ellas y la existencia de momentos realmente intensos y complicados, como los 29 pasos que salen en solo 33 horas a hombros de 9 cofradías, desde la mañana de Jueves Santo hasta la tarde de Viernes Santo (incluida la Madrugada).

Una actividad frenética que tanto el ayuntamiento, a través de la Policía Local, como la Unión de Cofradías entienden que hay que regular para reforzar la seguridad de todos y la propia organización de los agentes, que esos días deben atender múltiples frentes. Ambas partes han creado una comisión que ha dado pasos muy importantes y en la que ha participado el propio jefe de la Policía Local, Benedicto Cacho. Hay acuerdos ya consensuados y cerrados. «Son muchas las personas que se dan cita en las calles, necesitamos más pautas sobre cómo actuar en caso de incidencia», explica Jacobi Ceballos, vicepresidenta de la unión cofrade y representante de este colectivo en la comisión, en la que también participan Jesús Sellers, directivo en las cofradías, y Juan Ignacio Blanco, oficial de policía gran conocedor de las hermandades.

De este modo, todas las cofradías han agregado a su horario de salida otro de recogida que tratarán de cumplir lo más fielmente posible (aparece por primera vez detallado en la Guía de la Semana Santa de Cáceres 2019). Asimismo, cada una de ellas ha establecido para sus procesiones entre dos y tres horarios aproximados en puntos intermedios, que les servirán de referencia para completar el recorrido a su tiempo. Pero además, y sobre todo, estos puntos intermedios permitirán levantar las terrazas de los bares que se encuentren en el recorrido con una hora de antelación, en lugar de hacerlo cuando salen las hermandades de los templos, lo que hasta ahora les suponía pérdidas destacadas en días de gran afluencia.

«El objetivo es que las terrazas se desmonten con el mínimo margen, que se interfiera lo menos posible en estos negocios. Nosotros vamos haciendo una manifestación de fe, pero al mismo tiempo entendemos que hay que cuidar la hostelería, muy importante en la ciudad, que también vive unas fechas especiales», subraya Jacobi Ceballos.

SIEMPRE COORDINADOS / Para ello, cada hermandad ha nombrado entre sus filas a un ‘enlace de seguridad’, que estará en comunicación con un agente de policía destacado para comunicarle cualquier problema, urgencia o necesidad de primeros auxilios, a fin de realizar un corte de tráfico rápido o un cambio de recorrido ante un imprevisto. «Ambos estarán en contacto para una coordinación más sencilla y segura», indica Jacobi Ceballos.

Estas personas que actuarán como ‘enlace de seguridad’ también tendrán información detallada de los puntos estratégicos en los que se ubicarán las emergencias de DYA y ARA y otros servicios, en caso de precisar una atención rápida.

Asimismo, las hermandades se han comprometido a demorar su salida no más de media hora en caso de lluvia. Es decir, si en 30 minutos no han decidido iniciar su estación de penitencia, desistirán de hacerlo. Y ello porque alargar más las procesiones supone un grave perjuicio al dispositivo diseñado por la Policía Local para cubrir los distintos recorridos diarios, es decir, se cuenta con unos agentes y unas horas de cortes de calzadas que saltan por los aires, y resulta difícil improvisar una nueva coordinación con miles de personas en las calles.

Y SI LLUEVE... / Por esta misma razón, todas las hermandades han diseñado recorridos alternativos por si la lluvia les obliga a recortar el itinerario o volver rápidamente al templo. «Afortunadamente nunca ha ocurrido nada serio, pero en caso de un chaparrón en plena calle es lógico que tengamos un itinerario previsto que nos permita acortar o refugiarnos en otro lugar, y que la policía sepa en todo momento cómo proceder, por ejemplo qué calles cortar», precisa la vicepresidenta. «Los agentes deben contar con dispositivos a los que tenemos que ceñirnos», afirma.

Finalmente, a través de las cofradías y la Policía Local se repartirán pulseras identificativas a los niños con un número de teléfono al que se podrá llamar en caso de que el menor se extravíe.

En suma, los puntos intermedios de cada procesión con sus horarios, la identidad de los ‘enlaces de seguridad’ y los recorridos alternativos se han recogido al detalle en un expediente enviado ya a la jefatura policial.

«De este modo, hemos puesto sobre la mesa inquietudes que nunca habíamos tratado y que necesitaban una solución. Así, todas las partes implicadas aportamos nuestro grano de arena para el considerable despliegue que necesita la Semana Santa cacereña», concluye Jacobi Ceballos.