La Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, situada en la plaza de su mismo nombre, es uno de los templos cacereños más antiguos, ya que comenzó su construcción en la Edad Media, en el siglo XIII, y en su forma actual es mucho anterior al resto de construcciones religiosas de la Ciudad.San Juan junto a la de Santiago de los Caballeros son las Iglesias históricas cacereñas que se encuentran fuera del recinto amurallado de la ciudad. Era el lugar donde los ganaderos y pastores trashumantes de La Mesta se paraban en esos parajes con sus ganados realizándose allí las ferias ganaderas, por lo que se la conocía popularmente como San Juan de los Ovejeros.

Es de estilo gótico ya que su construcción inicial sufrió importantes reformas en los siglos XIV, XV y XVI, no terminándose hasta el siglo XVIII. En los años 60 del siglo XX se restauró y remodeló devolviéndola a su estado original eliminando el retablo y algunos adornos.

Está construida con sillería con una nave única dividida en tres tramos, cubiertos con bóveda de crucería con terceletes y una cabecera con ábside cubierto con bóvedas ojivales de crucería. Tiene dos puertas abocinadas con arcos apuntados, sobresaliendo la del lado del Evangelio más ornamentada y con un precioso alfiz.

En su interior destacan varias capillas, en el lado de la epístola podemos apreciar una pequeña capilla y la sacristía con una bóveda de crucería estrellada. En esta se encuentra un óleo de la Virgen Niña, obra del siglo XVII, y tres pequeños cuadros de San Juan Bautista, el Bautismo de Jesús y la entrega de la cabeza del Bautista.

En el del evangelio destaca la capilla de los Espadero, realizada por Diego Gómez a comienzos del siglo XVII, con bóveda de media naranja. Posee un retablo rococó del siglo XVIII con tallas de madera policromada de la Virgen con el Niño en el centro, y en los laterales, San Nicolás de Bari y San Antón, además posee una pintura de Santa Rosa de Lima con la Virgen y el Niño, obra de Francisco Mendus de 1672. (Varios Autores: Monumentos Artísticos de Extremadura. Salamanca, 1986). (Continuará....)..