Lo definen como «luchador» y, también, como «el alma del barrio». Se trata de Miguel Méndez Pacheco, que además de vecino, era miembro de la junta directiva de la Asociación de Vecinos de San Blas, pero, sobre todo, era un hombre muy querido y respetado por todos. Algunos incluso lo recuerdan como un auténtico «referente».

El pasado noviembre Miguel les dejó y a día de hoy, le siguen añorando. El viernes le hicieron un homenaje en su honor, agradeciéndole todo aquello que había hecho por la barriada y, sobre todo, por todas aquellas personas que vivían en ella.

Le caracterizaban unos valores muy marcados que quiso inculcar al resto. Y también un carácter muy abierto, que enseguida le convirtió en un hombre muy querido y respetado por todos.

«Ha marcado una época en la asociación», recalcaba Juan Antonio Hernández, el presidente de la misma.

Cabe destacar la labor tan importante que realizó en ella, siempre intentando trabajar en mejorar la barriada y en que todas las actividades superasen las de las ediciones anteriores.

Además de vecino, fue padre de dos hijos a los que siempre ha querido transmitirles el significado del esfuerzo y de la bondad.

Los vecinos esperan y desean que, desde dónde esté, Miguel no deje nunca de compartir esa magia y esa calma que tanto le representaban.