El abastecimiento de agua a Cáceres depende de que Iberdrola no deje que el embalse de Alcántara baje del 40% de su capacidad, el abastecimiento de agua a Cáceres depende de que Iberdrola no deje que el embalse de Alcántara baje del 40% de su capacidad, el abastecimiento de agua a Cáceres depende de que Iberdrola no deje que el embalse de Alcántara baje del 40% de su capacidad, el abastecimiento de agua... No, no me he equivocado. Lo repito porque me cuesta creerme que en el año 2019 una ciudad de 100.000 habitantes, que es una de las 52 capitales de provincia que tiene este país, no tenga garantizada una solución definitiva a un servicio fundamental: que abras el grifo y que salga agua.

El traspiés de la calle Alzapiernas es una broma comparado con el tropezón de Portaje. La primera costó medio millón de euros y al menos la escalera empieza y termina. La segunda se adjudicó por 40 millones, modificado y proyecto complementario aparte, y no se sabe si alguna vez se va a acabar.

El planteamiento de partida no era malo, pese a sus inconvenientes y a los muchos detractores que tuvo. Hace quince años se decidió proteger el cauce del río Almonte, protegerlo evitando cortar el curso del agua con un nuevo embalse para abastecer a Cáceres. Y al mismo tiempo se consideró acertado dar uso a una infraestructura, la presa de Portaje, que estaba infrautilizada, además se conectaba con Gabriel y Galán, embalse con una capacidad suficiente para que en Cáceres no faltase el agua. Los impedimentos eran la distancia, Portaje está a 65 kilómetros de Cáceres, las impulsiones que se necesitan para traer el agua y sobre todo, y esto es lo más importante, el coste que podía tener en la factura de los usuarios.

La obra de Portaje se adjudicó en mayo de 2007 por 40 millones. Hasta aquí una fecha cierta. Las siguientes, con anuncios de posible finalización y previsiones en los presupuestos del Estado, son más fruto de la ficción que de la realidad. De Portaje ya no se habla, no se da una explicación, ni por el Ministerio para la Transición Ecológica ni por la Confederación Hidrográfica del Tajo, no se detalla si se invalida la obra o si se necesita que la inversión sea mucho mayor porque para acabarla hay que renunciar definitivamente a adosar la tubería a los puentes de la A-66. Ahí está el problema: que la conducción pase los ríos Tajo y Almonte y sobre todo el coste.

Mientras llega esa explicación, hay otras alternativas: una es sacar los santos para que llueva y la otra es que, con el requerimiento de confederación y ministerio, Iberdrola, que tiene la explotación del embalse de Alcántara, no baje de la cota 194, que mantenga el embalse por encima del 40% de su capacidad, porque por debajo de ese volumen sería difícil trasvasar agua desde la cola del embalse de Alcántara, que es de donde beben los cacereños, al Guadiloba. También se puede pedir a los santos que obren el milagro de que alguien en la confederación o en el ministerio explique qué va a ocurrir con Portaje y si hay otras alternativas de abastecimiento.