En la España Cristiana Medieval no había un ejército permanente salvo los caballeros siempre dispuestos para la defensa y la lucha, pero el pueblo, cuando las circunstancias obligaban a ello, era llamado al servicio militar debiendo acudir bajo penas graves de no hacerlo.

Todas las villas y lugares del Reino de León estaban siempre dispuestas a acudir a los constantes llamamientos dado el estado de lucha permanente en el que se vivía con los musulmanes. En los Fueros de Cáceres se señalan multitud de disposiciones que hacen referencia a la organización militar y a las obligaciones castrenses de los cacereños.

Hoy nos vamos a detener a hablar sobre las armas que se utilizaban en aquella época. Los caballeros, cuando eran requeridos para la guerra, debían presentarse con su caballo, armamento y el atalaje de su cabalgadura completo. Según Floriano Cumbreño, la preocupación caballeresca por la invulnerabilidad había ido acumulando defensas sobre el cuerpo, limitándole sus movimientos hasta verse imbuido en una estructura de hierro.

Se conoce con el nombre de armadura y en los Fueros se especifican detalladamente todas las piezas de que constaba. El caballero debía llevar una camisa sobre la que se ponía el «gambax de cendal», un coselete acolchado; sobre éste se ponía la «loriga» o el «lorigón», que eran túnicas hechas de mallas de hierro; sobre los hombros iba el «almófar», que cubría la cabeza, hecho de malla de hierro y sobre éste se colocaba el «capiello» o el «yelmo».

A veces utilizaban el «perpunte» y la «cota de armas»; el primero era una vestidura muy ceñida que cubría el cuerpo, y, la segunda, era un vestido que cubría la armadura. Los caballeros villanos cacereños lo usaban de un color gris oscuro, por lo que les llamaban los «caballeros pardos». En las piernas se ponían las «brufuneras», hechas con malla de hierro o a veces eran piezas de metal que se adaptaban a las piernas. Los jinetes llevaban siempre la lanza con un asta de madera y la punta de hierro, en el Fuero aparece la «lanza azulada», probablemente porque la punta llevaba un metal llamado hierro azul; y la espada de hoja ancha con doble filo y canal al centro, con una empuñadura y los gavilanes. En el brazo izquierdo sujetaban un escudo normalmenet redondo, hecho de madera forrado de cuero. Otras armas que utilizaban era la maza y el «cuchiello».

La cabalgadura llevaba un arnés formado por la «cabezada» con sus riendas, la «siella» con sus «estriberas» y las «sueltas» o trabas. Los peones podían llevar «loriga», «almófar» y «capiello», y llevaban un escudo oblongo.

La infantería peleaba con lanza o con ballesta, utilizando una media de sesenta saetas. Esta la utilizaban también los caballeros en sus expediciones para analizar el terreno y para la caza. Como habrán podido analizar todo un entramado ropaje para garantizar la seguridad de los caballeros y del pueblo.

*Cronista oficial de Cáceres