Sucedió la noche de este miércoles en torno a las diez-once de la noche cuando Candi Mostazo salió al patio de su casa en la Urbanización La Zambomba a fumar un cigarrillo y al mirar el cielo contempló algo asombroso que iba en dirección al Paseo Alto. «Era entre azul y rosa, muy brillante. Volaba en posición horizontal, tenía una cola muy ancha y gigante. Duró un segundo, después se desintegró, desapareció», explica presa todavía de la emoción.

«Algo así no lo he visto en mi vida. Desde entonces no paro de mirar en internet, de consultar periódicos para ver si recogen esta noticia. ¿Es posible que en Cáceres solo haya visto yo algo así?», se pregunta. Y añade: «Tenía más pinta de cometa que de asteroide».

Marcelino Núñez, delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología en Extremadura, indica que «a día de hoy no hemos hecho ningún avistamiento parecido». No obstante, apunta que «es posible» que la cacereña viera ese fenómeno. «Se les llama bólidos, basura espacial que cuando viaja por el vacío lo hace con normalidad, pero cuando entra en contacto con la atmósfera se quema y termina desintegrándose».

Opina lo mismo Florentino Sánchez Bajo, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Extremadura. «Podría ser un bólido, lo que antiguamente se llamaban estrellas fugaces. El horario al que se ciñe la mujer cacereña que lo ha visto coincide efectivamente con el momento en el que el cielo estaba más abierto. De manera que con casi toda seguridad -insiste- es un bólido muy brillante. Ha debido pasar por la parte superior de la atmósfera y luego se ha vaporizado». El catedrático añade que los bólidos no son fenómenos extraños de avistar, aunque suelen ser poco frecuentes.

Esta aparición coincide con la reciente noticia de que una bola de fuego surcó los cielos de Sevilla, Huelva y Badajoz, a 54.000 kilómetros por hora, la noche del viernes pasado, según han recogido los observatorios astronómicos La Sagra (Granada) y Sevilla. Esa bola de fuego fue grabada a las 20.53 horas. El evento se produjo como consecuencia de la entrada en la atmósfera terrestre de una roca procedente de un cometa denominado 289P/Blanpain.

Ahora, el cielo de Cáceres se ha convertido en protagonista de otro descubrimiento espacial, un meteoro brillante y luminoso, parecido a una bola de fuego, esta vez bajo la mirada aún atónita de Candi Mostazo.