En el interior del Palacio de los Golfines de Arriba podemos observar un amplio zaguán y una espectacular escalera de piedra. En la planta baja encontramos dos patios: uno de ellos con cuatro pilastras de sillares y el segundo, es rectangular y tiene columnas graníticas de fuste liso. El piso alto tiene balaustrada y cuatro columnas. Es una construcción del siglo XVI. En la planta baja podemos apreciar una galería de columnas de granito abierta a un gran patio donde estarían las caballerizas del Palacio. En la planta principal sobresale la capilla y en el Palacio se aprecian sobre todo tres obras de pintura de gran valor que se atribuyen a Luis de Morales: “La Adoración de los Magos”, “El Descendimiento” y “La Virgen poniendo la casulla a San Ildefonso”. (Varios Autores: Monumentos Artísticos de Extremadura ). Se ha estudiado mucho el origen del apellido Golfín, algunos autores le señalan de origen francés, o alemán, otros catalán y algunos nos hablan de que puede significar golfo o maleante. En este palacio desde el 26 de agosto al 3 de octubre estuvo asentado el cuartel general de Franco y en él estaba cuando fue nombrado Jefe del Estado y Generalísimo de los ejércitos nacionales el 29 de septiembre de 1936. Conserva en su interior todas las dependencias: despacho, dormitorio, etc., tal como las utilizó Franco. Una placa en la portada principal del edificio recuerda este hecho histórico. Con Franco estuvieron en el palacio los Tenientes Coroneles Díaz Varela y Francisco Franco Salgado, Millán Astray y su esposa Carmen Polo y su hija Carmen desde el 23 de Septiembre que llegaron procedentes de Canarias. El dueño de este Palacio era en aquel momento Gonzalo LópezMontenegro y Carvajal y a petición de un Comandante del Estado Mayor para utilizar Franco el edificio como cuartel general accedió a ello. El periodista Germán Sellers nos informa como aspecto curioso que en el Palacio se instalaron once teléfonos, tres radios y toda clase de instalaciones del Estado Mayor del Ejército. El 3 de Octubre de 1936 Franco trasladó su cuartel general a Salamanca utilizando el Palacio Episcopal salmantino. En la actualidad todas las muchas dependencias y estancias que tiene este enorme Palacio están perfectamente conservadas y cuidadas, así como todo su mobiliario gracias al buen gusto de su actual propietaria María de las Mercedes López-Montenegro.