Uno de los retos que todavía tiene pendiente la ciudad es la movilidad urbana sostenible, ganar más espacios para el peatón, pero con una alternativa para el vehículo. En los últimos años se han acometido actuaciones puntuales, como las peatonalizaciones de las calles San Pedro de Alcántara, Ciriaco Benavente o Clemente Sánchez Ramos, pero queda mucho camino por recorrer. Los efectos de estas transformaciones urbanas, que siempre generan protestas durante su ejecución, son siempre beneficiosos.

La nueva directora de la Oficina de Desarrollo Urbano y Ciudad Histórica ha trabajado en proyectos de movilidad urbana sostenible. La arquitecta Rocío Clemente Vicario firmó el contrato el pasado viernes y esta semana comienza con su cometido al frente de los servicios de Urbanismo del ayuntamiento. Viene con una experiencia en este campo concreto del urbanismo y su llegada coincide con la reciente adjudicación del nuevo plan de movilidad urbana sostenible, texto que sustituirá al presentado en 2014.

Estos documentos, el Pimus de 2014 y el que ahora se redactará, son dos de los cuatro que tendrá Cáceres en la última década con propuestas para mejorar la movilidad. Todos han planteado soluciones con aparcamientos disuasorios para atraer a nuevos residentes al casco viejo y facilitar las nuevas peatonalizaciones, pero muy poco de lo planteado se ha llevado a la práctica. La excepción ha sido el párking subterráneo de la avenida Clara Campoamor, propuesto en el plan general municipal de urbanismo de 2010 y ejecutado en el primer mandato de Elena Nevado. También se han creado plazas en superficie en la parcela que ocupó el colegio del Madruelo, en Tenerías. Pero poco más se ha realizado de los aparcamientos disuasorios planteados en estos últimos años.

Espacios urbanos como el de la plaza Marrón, donde en más de una ocasión se ha intentado hacer un párking subterráneo, necesitan un cambio para aprovechar el efecto que la ampliación del museo Helga de Alvear puede aportar a toda esta zona, puede transformar un espacio que ahora solo es un cruce con estacionamientos.

En los presupuestos del ayuntamiento para 2021 hay una partida de 1,5 millones de euros para actuaciones de movilidad urbana, son inversiones que tienen la financiación garantizada, al sufragarse con la operación de crédito que solicitará el ayuntamiento, y que tienen que salir del consenso entre el gobierno socialista y los concejales de Unidas Podemos.

No se ha avanzado a qué se destinará esta inversión, solo se ha adelantado que 200.000 euros son para la semipeatonalización, con una plataforma única, de las calles San Antón y Parras, no se ha especificado si también se acometerá con este fondo la peatonalización de Clavellinas.

Sí se ha avanzado que se quiere destinar este millón y medio para que llegue a los barrios. Esto puede suponer que este importe se reparta en intervenciones puntuales que al final queden en nada.

La prioridad en la movilidad urbana sigue estando en el centro, no en los barrios o en la áreas residenciales, en que el centro tenga actividad y sea atractivo para iniciativas empresariales con calles peatonales y aparcamientos disuasorios que no se queden solo en un proyecto y en un papel.