Estaban casi todos, los de Laureano y los de Monago (ha faltado Fernando Pizarro, alcalde de Plasencia, aunque ha acudido su hombre de confianza David Dóniga). El PP estaba al completo ayer bajo un sol que apretaba a las 11 de la mañana en la terraza del parking de Obispo Galarza, la obra que promovió el que fuera alcalde del PP de Cáceres, José María Saponi. Se aguantó como se pudo, sin sombrillas ni abanicos pero la expectación era máxima y nadie podía perderse la cita, seguramente porque la presencia del expresidente de la Junta de Extremadura en la capital cacereña coincidía ayer con la publicación del diario El Mundo dando por hecho que Casado no contará con José Antonio Monago para las próximas autonómicas.

Sin embargo, lo que ocupaba la comparecencia de prensa era la presentación de Laureano León para presidir el PP de Cáceres en el congreso que se celebrará el próximo 4 de julio. Es el único candidato, de manera que sí o sí repetirá y este será su cuarto mandato al frente de los populares de la provincia. "Lau (como así lo llaman las personas de confianza) es la opción idónea porque nos da estabilidad. Otro candidato hubiera revuelto las aguas y ahora nos interesa la tranquilidad y la experiencia", contaba ayer a este periódico una mano derecha del veterano político que preside el PP desde 2004.

Lo cierto es que la elección de Laureano León se ha hecho con rapidez, sin opción a conjeturas en la prensa cacereña y ayer por la mañana, con camisa celeste y pantalón gris, un Laureano León seguro de sí mismo confirmó que tiene "más ilusión, ganas y experiencia que nunca" para afrontar este reto que, aunque abiertamente no lo admita, pasa por sacar al PSOE y a Salaya de la alcaldía de Cáceres.

Cáceres, no nos engañemos, ha sido siempre bastión del Partido Popular y ahora los principales desvelos de Laureano León pasan por hacer alcalde a Rafael Mateos, el hombre por el que ha apostado desde la última campaña de las municipales tras la marcha de Elena Nevado (que por cierto también estuvo en Galarza).

Laueano León sabe escabullirse de las preguntas de los periodistas, algo consustancial a los animales políticos que como él llevan tanto años capote en mano si tiramos de símil taurino. ¿El objetivo es recuperar la alcaldía de Cáceres? "El objetivo fundamentalmente es recuperar Cáceres y su provincia para contribuir a ganar Extremadura porque tenemos un gobierno que es un auténtico desastre", aseveró el veterano dirigente, que acto seguido añadió: "Es esencial recuperar la confianza de los vecinos de Cáceres, de Botija o de Plasencia". León se fue por las ramas hablando de Botija porque no quiere dar una imagen localista. Monago acudió a apoyarlo y ayer toca hacer ver que un sorpasso del PP es posible de nuevo en la región.

Cuando se le formula esta pregunta, Laureano León se aparece ante los periodistas con una imagen más distendida, se apoya de lado en el atril, haciendo gala del dominio del escenario. Minutos antes, sin embargo, sujeta con las dos manos ese mismo atril y lee sus anotaciones, algo más tenso, porque no quiere que nada se le pase.

En ese discurso recurre a los lugares comunes: la provincia languidece, los pueblos mueren, si llega el PP no tendrán que cerrar, no tendrán que soportar la injusticia de un gobierno incapaz de sortear la crisis social, económica y territorial... Con los populares no se cerrarán las empresas, se dará la cara por los alcaldes y portavoces, se mejorarán los servicios, se garantizará la igualdad de oportunidades...

Después, Laureano León se presenta como el líder que conoce mejor que nadie su partido. "Es un proyecto global, sin personalismo, cabe todo el mundo. El PP es un partido fuerte, unido, cohesionado, abierto a toda la sociedad". Y luego añade: "Es un partido con alma, raíces y acento" (entonces es inevitable pensar en el anuncio de Cruzcampo de Lola Flores cuando dice aquello de "Manosea tus raíces, que de ahí salen cosas buenas. El acento es tu tesoro, no lo pierdas nunca").

El acento

Luego Laureano León puso el acento en que el suyo es un proyecto "de cada afiliado y cada simpatizante". Y avanzó: "El futuro de Extremadura lo escribiremos en 2023". Y a Monago: "Contigo llegamos al gobierno de Extremadura. Tienes el respeto, consideración y cariño del PP de Cáceres. Lo volveremos a hacer de tu mano".

Después llegaron las preguntas: "¿Cuál será su equipo?": "Gente valiosa y capaz porque es hora de poner punto y final a un desastre de gobierno que preside la dejadez y el abandono". No responde; lo justifica: "Adelantarlo sería una imprudencia". Eso sí, anuncia que volverá a recorrerse la provincia de norte a sur. De esta otra pregunta no se escabulle: "¿Optará a la presidencia de la diputación?": "No", contesta contundente.

Acto seguido Monago tomó la palabra. Definió a León como una persona dialogante con una solución integradora (un problema menos si miramos a Badajoz, donde la marcha de Fragoso está revolviendo el río). Habló de que el objetivo es que "Pablo sea presidente", y recuperar la Diputación y la Junta. Y confesó algo que nunca antes había hecho: "Me siento muy de Cáceres".

Ahora llegan las preguntas sobre lo de El Mundo. Ahí empezó a incomodarse; más los de Monago que los de Laureano León. Y el expresidente respondió con esos aires de querer ridiculizar al mensajero.

Detrás, una bella estampa de la parte antigua porque el mirador de Galarza es tan bello que hasta el calor se le perdona. Delante, la familia del PP con sus cosidos y sus descosidos, aplauso unísono y la pegadiza música del PP que puso punto y final.

Cristina Teniente, Juan Parejo, Fernando Manzano, José Manuel García Ballestero, Víctor del Moral, Sergio Rey, Óscar Mateos, Cristina Leirachá, Rafa Mateos, Víctor Bazo... No estaba Alberto Casero. Eso sí, estaba Juan Rentero de la Morena, alcalde de Botija.