Santiago Cambero dice que es aprendiz, activista y aspirante. Aunque él asegure que se encuentra en la primera escala del conocimiento, lo cierto es que su compromiso con el cambio social le sitúa como experto. Su campo es la sociología y la gerontología, la ciencia que estudia la vejez, y este viernes presenta el resultado de una década de estudio ‘Ciudadanía y voluntariado sénior en la sociedad telemática’ (Editorial Editamas) en la feria del libro. Será en la caseta de autores (20.15) como cierre a una jornada con más de una decena de firmas. 

– Abre su estudio con una pregunta: ¿quiénes son las personas mayores?

– Es una generación que coincide con una etapa después de una Guerra Civil y un régimen dictatorial en el que tras años se disparó la natalidad, es la razón por la que hay una masa importante de población. Han contribuido al estado de bienestar. Es una generación muy resiliente, esforzada, que ha dado pie a derechos y libertades públicas y una generación que ya nos dio una lección de vida en la crisis de 2008, permitieron que muchas familias jóvenes pudieran sobrevivir . 

– Esta situación ha vuelto a repetirse con la crisis sanitaria de este año, ¿la sociedad ha sido justa con esa generación de mayores? 

– Se ha marginado y excluido a las personas mayores. La discriminación por motivo de edad se ha puesto en evidencia en este ultimo año. El edadismo es otro problema que afecta a la sociedad como lo son machismo y racismo y no se habla.  

– Asegura que su libro no es un manual, ¿cuál es su pretensión? 

– Yo quiero hacer un llamamiento para denunciar ese edadismo. Quiero demostrar que las personas mayores ni son tristes ni quieren vivir solas, es una parte de la ciudadanía que contribuye al bienestar y quiere participar de forma activa. Creo en fomentar esas relaciones intergeneracionales como la única manera de superar cualquier tipo de crisis, eso nos va a reforzar si sabemos aprovechar el talento y la experiencia.  

-¿Qué ha aprendido la sociedad este año? ¿Saldrá mejor con respecto a ese trato a sus mayores?

– Los mayores estaban ahí invisibilizados y nos hemos dado cuenta de un día para otro de su importancia. Uno de los aprendizajes es que hemos aprendido a convivir entre generaciones y hemos sido conscientes de cómo muchas personas, abuelas, abuelos, tíos y tías tenían pánico ante el virus y muchas perdieron sus vidas. Eso nos ha hecho reflexionar sobre que el modelo de cuidados tiene muchos fallos. El cerebro humano olvida pero tengo la esperanza de que lo aprendido va a perdurar.