Comerciantes y vecinos de la plaza Mayor han denunciado lo que califican de "situación insostenible" la que se produce cada fin de semana en la ciudadela "con cientos de jóvenes de fiesta, peleas, consumo de alcohol en la vía pública y agresiones", según asegura el portavoz de los afectados, Santiago Avendaño, que gestiona el Hotel La Boheme, situado en la plaza del Duque aunque con acceso directo desde uno de los callejones de la plaza.

Veladores en la plaza Mayor. EL PERIÓDICO

Avendaño indica que el colectivo está formado por otros negocios como Oleosetin, Pizza Corner y vecinos que prefieren permanecer en el anonimato pero que están solidarizados con este movimiento de protesta. "El problema original es una saturación de terrazas en la parte baja de la plaza", indica el empresario. Añade que la distribución de veladores "es totalmente ilegal con respecto a la normativa" en la medida en que "ocupa fachadas, portales, más espacio del permitido y causa graves problemas de accesibilidad".

Plano de terrazas. EL PERIÓDICO

Los denunciantes han presentado escritos al ayuntamiento. "Nos han dicho que se ocupan del problema", pero "aquí se está produciendo una gran inseguridad ciudadana, con masificaciones de ocio nocturno juvenil". Y añade: "En la parte baja de la plaza hay más de 400 sillas".

"Una empleada de nuestro hotel tiró de nuestro botiquín para dar los primeros auxilios a un joven que pasaba por los soportales con unas bolsas de la compra y que no supo por dónde le venía el golpe. Le abrieron la ceja. Acudió el 112".

Es taxativo al afirmar que "el último fin de semana ha habido una fiesta brutal, de cientos de personas, borracheras, peleas, agresiones y consumo de alcohol en la vía pública. Lo que ha ocurrido ha sido la gota que ha colmado el vaso y es lo que nos lleva a denunciar", asegura Avendaño.

"En la parte baja de la plaza hay más de 400 sillas".

"Es brutal", reitera. Y exige: "Pedimos que se regularice la normativa de terrazas, que se respeten la leyes que se vulneran. Hay cero presencial policial". Pone el ejemplo sucedido la noche del sábado en torno a las 22.00 horas: "Una empleada de nuestro hotel tiró de nuestro botiquín para dar los primeros auxilios a un joven que pasaba por los soportales con unas bolsas de la compra y que no supo por dónde le venía el golpe. Le abrieron la ceja. Acudió el 112".

Comenta que no les importa dar la cara y exigen solución a un problema que califican como muy grave.