Llevar siempre una botella en la mochila o en el bolso para limpiar los excrementos de los perros ya es un hecho. En la capital cacereña hay 30.891 perros censados según el Colegio Veterinario de Cáceres. La medida impuesta de que el propietario del animal limpie la orina de éste lleva en marcha desde el pasado 22 de junio y en líneas generales se está cumpliendo.

Andrés Licerán, concejal de Seguridad Ciudadana y portavoz del Gobierno, explica que «los cacereños están respondiendo muy bien a la medida». Ha destacado que “las sanciones impuestas a propietarios de perros son mínimas, la gran mayoría están concienciados de la higiene de la ciudad, incluso antes de la aprobación de la medida», comenta. Las sanciones por incumplir la normativa municipal oscilan entre los 100 y los 750 euros.  

Montaña Cofrades con sus dos perros. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

 Sonia, voluntaria del refugio San Jorge, comenta que «los animales no tienen culpa, y esto es una manera para educar a los dueños». Ella reside en el centro de la ciudad y asegura que la tónica general es ver a los ciudadanos limpiando los excrementos de sus mascotas.

Andrés Licerán, portavoz del Gobierno de Cáceres.

La mayoría de la población cacereña está muy concienciada con la limpieza de los orines de los perros

Andrés Licerán - Concejal de Seguridad Ciudadana y portavoz del Gobierno

Algunos propietarios de perros opinan que la medida es efectiva y necesaria para la higiene de la ciudad. Juan Pedro González constata que a menudo encuentra a gente que «va con su botella y limpia la orina». González, de 59 años, es el dueño de Teo. Apunta que «las medidas son efectivas pero que el plástico contamina más que el orín del animal». Asegura que «al principio no estaba de acuerdo en quitarle el ambiente de olores a los perros ya que la costumbre del animal es orinar y dejar su rastro para que otro animal lo olfatee». Aún así, reconoce que la norma «es efectiva para mantener las calles limpias y que se está acostumbrando a limpiar en las zonas urbanas». 

Montaña Cofrades, de 50 años, dueña de otros dos perros, precisa que «es una manera muy efectiva para mantener las calles limpias, que las personas con alguna discapacidad no se ensucien las manos, al igual que los niños pequeños cuando juegan en los parques». Apuesta por la el decoro y el orden. «Me he acostumbrado a limpiar con la botella cada vez que salgo a pasear, de hecho veo a la gente limpiarlo de la misma manera», apunta. Cofrades reside en Cáceres el Viejo. «Generalmente las personas que residimos por aquí llevamos una botella. El barrio está limpio de orines de perros», asegura.    

Una necesidad

María José Serrano, de 54 años, es dueña de otro can. Para ella se trata igualmente de «una medida muy efectiva para mantener el entorno limpio y sin malos olores».  Explica que «siempre sale con la botella para limpiar en cualquier sitio de la ciudad» y que es una medida muy necesaria para tener a la ciudad libre de olores, sobre todo en verano».

María José Serano con su perro limpiando el orín. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Serrano, residente en La Mejostilla, considera que «la gran mayoría de las personas en la zona limpian con la botella» y concluye que «hay una minoría de personas que no limpia con la botella». La medida ha sido aceptada en líneas generales por los habitantes de la ciudad que apuestan por una ciudad limpia y sin malos olores y que se han concienciado de que deben salir a la calle con perro y botella en mano