Será uno de los primeros cacereños en hacer historia después de que este lunes participe en la primera Gala del Flamenco LGTBI que organiza la Fundación Triángulo a las nueve de la noche en el Palacio de Congresos de Badajoz. Todo empezó cuando un día, antes del bucle de la pandemia, Hugo Alonso, director de Producción de la Fiesta de Los Palomos, escuchó cantar a Jorge Peralta en un karaoke. «Me dijo que había sentido una cosa muy chula por dentro y que tenía que hacer lo posible porque yo lo hiciera visible», narra el cantaor, miembro de una de las sagas flamencas más históricas de la ciudad de Cáceres.

Peralta nació en El Carneril, en el barrio de Llopis Ivorra, en una familia de 12 hermanos. Estudió en el colegio de La Hispanidad y con 11 años fue ganador del Festival de Saetas que se organizó en el Gran Teatro. Para él fue un sueño vivido. Luego saltó al flamenco y desde entonces no ha parado de pisar tablaos y escenarios de teatros de medio mundo.

Atesora ya una importante trayectoria profesional, ha participado en una gira internacional del Ballet Flamenco de Madrid que lo llevó hasta China y Rumanía, además, fue protagonista y cantaor de ‘Calixto, la tragicomedia más flamenca’, una versión libre de ‘La Celestina’ de Chameleon Producciones, dirigida por Laura García Cáceres.

Ahora llega otra gran oportunidad, la de mostrar la sensibilidad que lleva dentro y hacerlo ante un público entregado. «El flamenco tiene un patrón muy cerrado. Estamos en el siglo XXI y ya no hay barreras. Tenemos que ser libres y mirar con otros ojos; mirar con los ojos de la diversidad y la igualdad», cuenta Peralta mientras admite que cuando se inició en esta profesión vio machismo, la defensa del prototipo de hombre. Sabía que un día le tocaría batallar para cambiar las cosas, los formatos, las reglas.

Sin esconderse

Ahora, y aún quedando mucho por hacer, los tabús empiezan a ser menores. «No me escondo. Lucho por reivindicar la igualdad y la libertad dentro del colectivo, Me gustaría ayudar y ser un referente para gente que sigue callada», asegura mientras durante la sesión fotográfica extiende sobre el suelo de la plaza Mayor la bandera LGTBI. Sus colores se convierten en una alfombra llena de cantes buenos, de melodías sonoras que a través de sus notas intentan conseguir una sociedad más igualitaria.

Desde todos los ámbitos hay que remar. Y el flamenco es uno de ellos. «Tenemos que poner todo de nuestra parte, sin importarnos a quién amemos, a quién queramos o a quién cantemos», precisa el cantaor que aprovecha para hablar de su repertorio, en el que comienza con un tema libre relacionado con la diversidad. Recuerda a todos esos homosexuales que no han podido salir del armario, a muchos de los transexuales encerrados en sus habitaciones soñando algún día con convertirse en hombres o en mujeres mientras sacaban sus trajes del ropero. Para él burlarse del diferente es «ser despreciable. Creo que todos somos iguales, con el mismo derecho a vivir».

Y añade: «Ellos no han podido salir a la calle; y hay que salir a la calle sin miedo», apunta el artista que además incluirá en ese catálogo de canciones unos fandangos de Huelva con letras específicas para este festival.

Agradecido a la Fundación Triángulo, Peralta toca ya la gloria con tan solo imaginar esa noche del lunes en la que volverá a hacer magia con sus canciones, su arte y, sobre todo, desde siempre y para siempre, con su verdad