La paz y la tranquilidad que se respira entre los muros, bóvedas y patrimonio iconográfico del Santuario de la Montaña de Cáceres es para muchos ciudadanos el sitio idóneo para la vida eterna. Y es por ello por lo que la cofradía ha decidido construir un columbario, nichos destinados a contener las urnas cinerarias de los difuntos cacereños más devotos de la patrona. Las instalaciones se encuentran justamente detrás del Cristo de la Salud, bajo el camarín de la Virgen y ayer fue bendecido por el administrador diocesano de Coria-Cáceres, Diego Zambrano.

Se han colocado 612 hornacinas con capacidad para 1.224 restos, según destacó Juan Carlos Fernández Rincón, mayordomo de la cofradía de la Virgen de la Montaña, en un acto que contó con la presencia de la alcaldesa en funciones, María José Pulido, el gerente de la empresa constructora Columbarios Alram, José María Ramírez y otras autoridades.

«Es más cómodo tener a los seres queridos en el santuario que en el cementerio, y sus restos yacen de manera digna y cercana», dijo Zambrano. El columbario consta de manera inicial de dos modalidades, un ‘loculi’ de uso doble, es decir, con capacidad para las cenizas de dos difuntos (en dos urnas distintas) y con un importe de 2.200 euros más IVA, y un  ‘loculi’ de uso sencillo para un fallecido, pero utilizado individualmente, en una sola urna y con un importe de 1.900 euros más IVA.

El administrador diocesano, Diego Zambrano, ayer en el columbario. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Ambas opciones en régimen de alquiler por un periodo de 30 años. Pasado dicho tiempo, se brindará la opción de renovar el contrato y, de lo contrario, los restos mortales de los difuntos pasarán a un cenizario común, ubicado debajo de una baldosa con una capacidad de un metro cúbico.

«Contamos con reiteradas peticiones de fieles para descansar eternamente en el templo y de hecho en los próximos días varias personas traerán las urnas de sus familiares fallecidos para darles sepultura. El espacio está abierto a cualquier cacereño que esté interesado en descansar con la patrona. En especial a todos los devotos de la Santísima Virgen», precisó el mayordomo de la cofradía.

«Las hornacinas se han construido en madera de roble natural con unas características específicas para prevenir fuegos y problemas de humedad en el espacio. Las ánforas llevan un escudo de la Virgen de la Montaña y están hechas en metacrilato con una capacidad de 3,4 litros», señaló Ramírez.

Imagen de una de las hornacinas. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

El montaje de la infraestructura comenzó a mediados del mes de octubre por parte de la firma sevillana que resultó adjudicataria para llevar a cabo los trabajos. 

Debido a las características del columbario, considerado lugar sagrado, se establecerá un horario de visitas, en día y hora. Los últimos jueves de cada mes se celebrará una misa a primera hora de la mañana y en la festividad de los difuntos, el 1 de noviembre, la instalación se abrirá en un itinerario por determinar en futuras fechas.

Existirá un registro en el que se deberá aparecer la identificación de cada nicho donde se enumerarán por riguroso orden. En cada uno de ellos se colocará una placa metálica con el nombre y apellidos del difunto. En ese libro de registro deberá constar el nombre, apellidos, domicilio y DNI del finado. Igualmente, sus familiares han de presentar certificado de defunción y cremación.

La obra ha costado 120.000 euros y se ha realizado en dos fases. La actuación se sufraga gracias a un crédito con Cajalmendralejo. Por otro lado, Rincón se refirió a los actos del novenario, que comenzarán en abril. «Se prepara un bonito acto homenaje aunque aún está por perfilar», concluyó.