La ermita de San Jorge escala el último peldaño para salvarse de la ruina. Dos años después de que la Junta de Extremadura iniciara los trámites para que el templo pasara a ser público, esta semana materializa ya sus últimos pasos para que pueda ser finalmente una realidad. Aunque ha sido la Consejería de Cultura la que ha mantenido en todo momento las negociaciones con los propietarios de la finca en la que se encuentra la capilla con frescos del siglo XVI en estado de deterioro, no obstante, uno de los flecos burocráticos para que se pueda firmar ese acuerdo de cesión pasa por manos del ayuntamiento cacereño, que debe conceder la licencia de segregación, un permiso que autorice a que el terreno en el que se encuentra el templo puede cambiar de propiedad privada a propiedad de las instituciones públicas. 

Al respecto, Urbanismo encontró una traba administrativa ya que la ley agraria solo permitía conceder esta licencia para terrenos con más de 50 hectáreas y la dimensión que pedía la Junta era menor. No obstante, tras negociaciones con la Consejería de Agricultura, el ayuntamiento ha encontrato una vía legal para que pueda ser factible y dio el visto bueno a la licencia, que está pendiente de ser recibida de forma oficial ya por la Junta. 

De esta forma, la administración regional tiene vía libre ya para que se materialice la firma de la donación del inmueble por parte de la familia propietaria y actuar sobre ella. La Consejería de Cultura tomó esta decisión después de que la ermita sufriera un primer derrumbe de un muro en 2019 a causa de la fuerte lluvia. La única fórmula posible para que el inmueble pueda recibir una figura de protección y sea conservada por el ente público es la de la cesión, de la misma manera que ha ocurrido con el templo de Garrovillas de Alconétar, que también ha visto este año materializado su paso a la titularidad pública para que se pueda proteger. 

De manera paralela, colectivos como Natura 2000 llevan décadas reclamando que se inviertan fondos públicos para evitar que colapse el singular templo, que este pasado mes sufrió otro derrumbe en otro de sus muros.