José Pedro Ojalvo (Cáceres, 16/1/1974) acepta la entrevista a regañadientes. No por descortesía, sino por humildad. «No me gusta ser protagonista, hay quien lo merece mucho más que yo». Vocación y pasión. Él habla de empatía, de conocimientos psicológicos para poder conectar con el cliente. En su opinión, la de camarero «es una profesión poco visible. Tenemos que ponerla en valor haciendo lo que sabemos hacer», argumenta con orgullo; servir al parroquiano y hacerlo sentir como en casa. Aparte de la destreza que debe demostrar a la hora de atender una mesa, el camarero tiene que ser amable y generoso. Debe mostrar incluso «esa conexión para seducir al cliente», sostiene. Un buen camarero, añade, tiene que disfrutar de lo que hace y transmitir ese mismo sentimiento.

¿Qué distingue al buen profesional en el sector? «La rapidez y la corrección al tratar al cliente. También hay que saber con quién debes hablar y con quién no», responde con una sonrisa. Se entrega al negocio en cuerpo y alma. Reconoce que el consumidor cada vez es más exigente. Aunque no es difícil que se deje aconsejar. «Cuando eres capaz de transmitir confianza y seguridad o si ven que hay personas capaces de saber lo que quieren, se dejan guiar», afirma. 

José Pedro lleva trabajando ocho años en el popular Ohana Gastrobar (lo que fue El Montaito), ubicado en la cacereña calle Rafael Lucenqui Martínez, número 3. «El comensal puede comentarte lo buena que está la moraga o los huevos con gulas, por ejemplo, y tú debes saber explicarle su procedencia y las características. Así recordará que además de lo bien que comió, le pusieron un producto que estaba increíble», asegura.

«Sabemos cuándo dar conversación y cuándo es mejor dejar a alguien tranquilo», asegura

«Aquí somos unos profesionales con una sensibilidad especial, sabemos cuándo dar conversación y cuándo es mejor dejar a alguien tranquilo. Yo siento que necesito ganarme su simpatía, que tengo que caerles bien», confiesa.

Por la cocina de este establecimiento pasan las más nobles carnes y los mejores productos de la huerta. Vinos extremeños y españoles no faltan en la mesa. 

José Pedro detalla la carta haciendo gala de toda su profesionalidad y donde lleva al cliente a complacerse con esa cocina que se basa, sobre todo, en el producto y su temporada, tratándolo lo mejor posible, cuidándolo y llevándolo a su máxima expresión.