Hoteles con alta ocupación, casas rurales con las reservas copadas, terrazas sin mesas libres... Los datos de visitantes de la provincia cacereña han marcado muy buenos registros durante un verano abanderado por el turismo interior. Incluso los propios cacereños han utilizado con mucha frecuencia estos servicios. En los puentes de otoño, los centros turísticos municipales y los alojamientos han logrado una ocupación completa. Por todo ello, los trabajadores del sector afirman no comprender la negativa reiterada de las empresas a llegar a un acuerdo en la negociación del convenio colectivo provincial de Hostelería para la mejora de sus condiciones salariales y laborales. Ante el atasco en las conversaciones, ayer tomaron una decisión sin precedentes: parar la actividad en la jornada de Nochevieja.

Esta huelga afectaría a todo tipo de establecimientos (hoteles, restaurantes, mesones, bares, por supuesto cotillones....) y a todas las modalidades profesionales, desde recepcionistas hasta camareros, cocineros, personal de mantenimiento, responsables de limpieza... Basta decir que la hostelería incluye a 10.000 empleados en la provincia cacereña. El pulso es firme. Las centrales sindicales UGT, CCOO y CSIF lo acordaron ayer en una asamblea a la que acudieron casi un centenar de delegados del gremio. Las cosas están así: o la patronal desbloquea su postura, o el parón comenzará a las 18.00 horas del día 31 de diciembre y se prolongará hasta las 6.00 de la madrugada del 1 de enero. Sin duda, una fecha clave para el sector: cotillones, copas, cenas o reservas de hoteles requieren esa noche a miles de empleados, sin los cuales la actividad no sería posible.

Desde septiembre

La situación viene ya enquistada. Los representantes sindicales de CCOO, UGT y CSIF explicaron ayer a este diario, tras la asamblea, que desde el mes de septiembre se han celebrado seis reuniones. La última tuvo lugar el 13 de diciembre y solo sirvió para constatar que se ha llegado a una situación de bloqueo. «Hemos tratado de negociar, de acercar posturas, renunciando a una posición de máximos, pero la patronal está inamovible», lamentaron anoche. Visto lo visto, «nos vemos abocados a un cambio de actitud».

Hoy mismo, los sindicatos solicitarán una mediación con la patronal en un encuentro que podría tener lugar el jueves, o como máximo la próxima, antes de Nochevieja. Estará presente la Fundación de Relaciones Laborales de Extremadura, entidad responsable del sistema de solución extrajudicial de conflictos laborales, que trata de acercar posturas en estos casos. Si no se mueven las posiciones, la huelga se convocará con seguridad.

Los delegados sindicales se mostraron ayer convencidos de que hay que dar un golpe sobre la mesa. Ellos están viendo la actividad que vuelven a desarrollar sus empresas, y no entienden la negativa de éstas a mejorar sus condiciones. Son conscientes del daño que ha hecho la pandemia, «pero llevamos un año muy bueno, sin parar de trabajar e incluso con más volumen por el añadido de las medidas de seguridad y desinfección». «Las empresas han recibido ayudas, beneficios... ¿Y el personal?», planteaban ayer dos veteranos empleados de establecimientos hoteleros.

«Pretendemos hacer reflexionar a la patronal. Se trata de un sector vital para la economía de la provincia cacereña, esperamos no tener que tomar una decisión drástica», subrayaron los responsables sindicales.

"La protesta afectaría a todas las modalidades y categorías laborales, en una noche clave de reservas de hotel, cenas y cotillones"

¿Pero dónde están las diferencias? En puntos muy sensibles. Los empleados piden un aumento «digno» del salario en el convenio colectivo provincial que afectaría a los ejercicios 2021 y 2022. Actualmente el IPC está en torno al 5,5%, y la última subida que han solicitado es de un 2,5%. Sin embargo, la patronal se mantiene firme en una congelación de los sueldos amparándose en la situación de crisis, y solo vincula un eventual incremento de salarios a una subida proporcional de la jornada laboral anual, según detallan los sindicatos. Este periódico trató de recabar anoche la versión de la patronal, representada por la Federación Empresarial Cacereña y la Federación Empresarial Placentina, sin que fuera posible.

Para los sindicatos, la postura de las empresas no se sostiene a tenor de la cifra de recuperación de clientes, los datos de ocupación y pernoctaciones, el aumento de las ventas y la subida de los precios. Recuerdan que en un sector vapuleado por la pandemia y con cifras de recuperación menos sólidas, como el comercio, se ha firmado un alza salarial del 2,75%.

Otro caballo de batalla es el ascenso de los ayudantes de las distintas áreas a una categoría superior en dos años, puesto que muchas veces perciben y cotizan por una retribución menor de las funciones que realmente ejecutan en sus empresas, y así se mantienen durante una larga etapa laboral.

Misma tarea, distinto sueldo

Tampoco hay acuerdo sobre la supresión de las categorías en los distintos centros de trabajo, ya que actualmente existen tres salarios para un mismo oficio, en función de la categoría que tenga cada negocio. Dicho de otro modo, una misma tarea se remunera de forma distinta dependiendo del tipo de negocio en el que el empleado desarrolle su trabajo. Los sindicatos recuerdan que algunas de estas propuestas están ya incorporadas a los convenios de otras provincias desde hace tiempo.