Es una imagen insólita. Al menos desde que arrancó la pandemia. Las gradas rebosantes, sillas supletorias, aparcamientos llenos y un dispositivo especial en la carretera para que no se produjeran atascos. La estampa vivida en el Cefot este viernes contrasta con la de los últimos dos años en los que la crisis sanitaria solo ha permitido que las juras de bandera, uno de los acontecimientos por excelencia en la base cacereña, se celebraran exclusivamente reducidos al ámbito militar. 

Imagen de la jura de bandera del Cefot, este viernes. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Así, en la jornada de ayer, como preludio de lo que pretende ser el 2022, el acuartelamiento mostró la mejor de sus caras, la de la vuelta a la normalidad, y lo hizo de forma multitudinaria. Hasta 4.000 personas, entre militares y familias, se dieron cita en el primer acto castrense en las instalaciones en dos años. 

Al margen de que la asistencia fuera masiva, se desplegó un dispositivo para garantizar la seguridad de los asistentes. De hecho, las compañías formaron a una distancia entre ellas mayor de la habitual. En total, 1.253 alumnos, 1.149 hombres y 104 mujeres, del segundo ciclo de 2021 prometieron lealtad a la bandera. Fue el coronel jefe Juan Manuel Martel el que tomó juramento a los ya soldados en un acto que contó con la presencia de la banda de guerra de la Brigada XI. 

Público congregado este viernes en la jura de bandera. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

En cuanto a la previsión de cara al próximo año, aunque de momento Defensa no ha hecho públicas las convocatorias de plazas para tropa, la intención es que la base mantenga las cifras sostenidas de alrededor de 4.000 alumnos al año.