Pasan las diez de la mañana del 14 de febrero. Es lunes, Día de los Enamorados, pero en la Planta Menos 1 no hay precisamente rosas, sino dos detenidos, uno por malos tratos, el otro por una reclamación judicial. Han llegado a los calabozos de madrugada y han entrado por un acceso exclusivo, situado en la esquina entre Pierre de Coubertin y Juan Solano Pedrero, que solo atraviesan los delincuentes o sospechosos a bordo de los coches policiales.

Vista cenital de la comisaría de Cáceres. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

La comisaría provincial del Cuerpo Nacional de Policía de Cáceres está estructurada de tal manera que todo el periplo del detenido por el edificio transcurre en la Menos 1: el cacheo, la toma de declaración, la entrevista con el abogado, la reseña de su historial, la fotografía, la huella dactilar... Con la pandemia se habilitó una sala en la que la toma de declaración ante el juez se desarrolla por videoconferencia, una vez redactado el atestado, de manera que el detenido no pisa los juzgados y es en esa citación virtual en la que su señoría ordena su ingreso en prisión o su puesta en libertad.

Vista de la comisaría con su diseño extraordinario. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Hay 12 celdas, individuales y colectivas, además de dos calabozos para menores separados del resto y que, tal como establece la legislación española, se destinan a una franja de edad de 14 a 18 años. Se trata de espacios cerrados, sin ventanas y con una reja. Tienen una colchoneta y unas mantas. Los baños están fuera: si quieren ser utilizados, los detenidos avisan al personal de seguridad, encargado de sacarlos y conducirlos al water. Para ellos hay tres comidas al día (desayuno, almuerzo y cena) que sirve un catering externo.

Sala de declaración de detenidos, situada junto a los calabozos. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Una vez que ingresan reciben un acta con sus derechos, entre ellos asistencia sanitaria si lo reclaman en cualquier momento. O bien se desplaza el 112 o, si es necesario, se les traslada al hospital. Nada más entrar se les informa de todo lo que va a pasar en el tiempo que permanezcan en la comisaría. La Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que nadie puede estar más de 72 horas allí. Suelen permanecer el mínimo imprescindible para que se realice el atestado, se recopilen las pruebas o indicios necesarios para su redacción, se tome declaración y pasen a disposición judicial. ¿La media? No más de dos días, depende del delito o de las circunstancias del mismo.

Hay 12 celdas, individuales y colectivas, además de dos calabozos para menores

La conducta

¿Hay una conducta determinada de comportamiento dentro del calabozo? «Normalmente no hay ningún problema, afortunadamente esta es una ciudad tranquila y no tenemos grandes altercados», responde José Luis García, inspector jefe, secretario general de la comisaría, que lleva siete años en el cargo y que hace de cicerone en el viaje que este periódico efectúa por la comisaría a propósito del décimo aniversario de su apertura en Nuevo Cáceres.

Imagen que muestra la arquitectura del edificio en el Nuevo Cáceres. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Se trata de un macrocomplejo de la seguridad que se inauguró el 16 de enero de 2012 y que se levantó sobre una superficie de más de 6.500 metros cuadrados. Costó 8,9 millones de euros y fue fruto del trabajo de Luis Bretón y Jaime Legido, ambos del estudio madrileño ARX-Arquitectos.

Acceso a la Brigada de Policía Científica de la comisaría de Cáceres. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

La planta Menos 1, un blindado acorazado, es indudablemente la más llamativa de este edificio de cinco plantas, dos de ellas bajo la cota del suelo, en forma cenital, hecho en cristal y acero a modo de velero, distribuido en chimeneas y módulos. Además de los calabozos, hay un gimnasio para los policías; hoy hay dos poniéndose en forma porque todos los agentes tienen que tener unas condiciones físicas adaptadas a su puesto. También están los vestuarios y el archivo general, donde se guardan los atestados de los casos investigados a lo largo de la historia. No se permite hacer fotos pero es como los que salen en las películas. 

La galería de tiro

De ahí, el secretario general nos dirige a la Planta Menos 2. En ella está lo que aquí denominan la joya de la corona: la galería de tiro. «Es un auténtico lujo tenerla porque nos permite hacer un plan trimestral de práctica de tiro, con ejercicios para el manejo y reciclaje del uso del arma», explica García. ¿Y qué características debe tener el policía: que no le tiemble el pulso, precisión para saber dónde apuntar?. «Lo importante es seguir los protocolos de actuación. Todo el mundo piensa que la policía tiene barra libre con el uso del arma, y no es así. El arma siempre se utiliza en casos muy excepcionales, y como último recurso cuando no se pueden usar otros medios para repeler una agresión», aclara el inspector jefe.

La galería de tiro de la planta Menos 2 donde entrenan los policías. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Los agentes de Cáceres tienen todos la misma, un arma corta, semiautomática. «No se usa mucho, afortunadamente». José Luis García lleva 25 años en el cuerpo, 17 de ellos en Cáceres. Y en estos 17 ha visto utilizar armas en un par de ocasiones, una de ellas en un enfrentamiento en Las Capellanías, a propósito del robo a cargo de una banda que traía personal armado. «Es algo extraordinario», asevera. 

Los policías usaron las armas en un enfrentamiento en Las Capellanías, a propósito de un robo

La Menos 2 concluye en el garaje donde se pueden ver las dos funciones de la policía, por un lado la prevención (que está en manos de personal y vehículos uniformados, es decir, con distintivos policiales) y por otro, la investigación de los delitos por personal de paisano, lo que antes se llamaba ‘secreta’ y que ahora es una nomenclatura más propia de la novela negra. Hay una flota de entre 75 y 80 coches; acaban de llegar los nuevos, híbridos y con unas cámaras en la parte superior que permiten leer las matrículas de otros automóviles y comprobar si tienen problemas o algún tipo de reclamación sobre ellos. 

Escalafón

García conoce palmo a palmo la comisaría, no en vano como secretario general se ocupa del control y supervisión para que todo funcione. Forma parte de una plantilla de 209 trabajadores, aunque el catálogo de puestos está en 237. «Esperamos recibir más», indica. De ellos, hay una veintena de mujeres, muy pocas, aunque el índice está creciendo y hay en todas las escalas, entre ellas la inspectora de la oficina de atención a víctimas de violencia de género.

Los niños autistas tienen cero espera al acudir a la comisaría cacereña. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

El escalafón policial lo compone el comisario, Carlos Soria Alonso, que llegó a Cáceres en enero desde la comisaría de Ferrol. «Están en su casa», dice al saludar. A él se suman los inspectores jefe, inspectores, subinspectores, policías y oficiales de policía, además de personal de cuerpos generales de la Administración General del Estado y personal laboral. La limpieza o el mantenimiento son servicios externalizados.

Oficina del DNI. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

La vida en la comisaría continúa en la Planta 2, donde está la Brigada de Científica. Por un lado se ocupa de la identificación y reserva de los detenidos. Por otro, a la inspección ocular, en la que se recogen huellas, indicios o vestigios que deja el autor del delito en el lugar de los hechos. Todo se introduce en una base de datos y se coteja mediante un sistema de comparación que permite identificar a la persona, siempre que previamente haya sido incluida en ese directorio por anteriores delitos.

Cámaras instaladas en los nuevos coches de la flota de la policía. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

La brigada dispone de laboratorio fotográfico en el que se revelan huellas con ninhidrina, un reactivo para material poroso, especialmente papel, o con una campana de cianoclirato, químico utilizado cuando se buscan huellas en objetos metálicos o de plástico, como latas o botellas de agua. El ADN se envía a Madrid. García estuvo 13 años en Científica. «Me gusta», aclara. Se nota.

El hall

De aquí a la Planta 1, donde se encuentran la Brigada de Extranjería, la vivienda del comisario, la sala de juntas, el aula de formación y la sala de videoconferencias para que las comparecencias de los policías en los juicios también puedan realizarse desde la comisaría. Esta mañana hay un agente que estuvo destinado en Madrid y que está declarando en el Juzgado de lo Penal durante el juicio de uno de los acusados.

Hall de entrada al edificio, donde hay que pasar el escáner. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

El recorrido termina en la planta baja, un espacio abierto que da la bienvenida al ciudadano y sirve de sala de espera y al que solo se puede llegar atravesando un control de acceso con escáner y arco de seguridad. Allí está la oficina del DNI y de denuncias, abierta las 24 horas los 365 días al año. Un dato: tras el acuerdo con la Asociación de Personas con Espectro Autista se ha establecido un protocolo de cero espera para los niños.

Un funcionario en la Oficina del DNI de la comisaría cacereña. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Fue el equipo liderado por la inspectora Mila quien dirigió el traslado a este inmueble dejando atrás las instalaciones de la calle Diego María Crehuet que habían quedado obsoletas. Este edificio, que incluso acogió el verano pasado el rodaje de la serie 'Sequía' para RTVE, es un ejemplo de arquitectura contemporánea internacional y el segundo de la ciudad más laureado después del Museo Helga de Alvear.

Exterior de la comisaría, en forma de velero, hecha en acero y cristal. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

En la vida de la comisaría puede pasar cualquier cosa, también hay momentos felices. «Sobre todo cuando se consigue solventar un caso o se realiza un servicio humanitario, que ha habido muchos y muy satisfactorios, durante el coronavirus de ayuda a la ciudadanía», repasa José Luis García, que no puede dejar de emocionarse al recordar que a principios de año dos policías lograron evitar que una joven se precipitara al vacío desde el balcón de su casa en Macondo.