El Periódico Extremadura

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LOS CHUBASCOS DE MARTES SANTO DEJAN EN LOS TEMPLOS A DOS COFRADÍAS SEÑERAS, PERO PERMITEN PROCESIONAR A LA NUEVA HERMANDAD

Los jóvenes arriesgan y el Despojado sale por fin a las calles de Cáceres

La cofradía decimoséptima de la Semana Santa cacereña logra estrenarse sorteando la lluvia. Los Ramos no expone al Cristo del Perdón, y el Amparo toma la misma decisión al anochecer de Martes Santo

El paso de Jesús de la Lealtad sale del Palacio Episcopal, rodeado de numeroso público.

Nervios, muchos nervios en el Palacio Episcopal de Cáceres. Tanto que solo lo entiende quien ha sacado una cofradía por primera vez. Además, el cielo ha vuelto locos a los cofrades este Martes Santo: lluvia al amanecer, sol a mediodía, chubascos toda la tarde. Media hora antes de la salida de la nueva hermandad de Jesús Despojado de sus Vestiduras, el agua seguía cayendo. Jaime Heras, de 31 años, era el responsable de la cruz guía, el primero en traspasar el umbral de un estreno que llevaba dos años esperando si el cielo por fin se abría. Cristian Carroza, de 23, se iniciaba como costalero. «Me enamoré de la imagen y no dudé en inscribirme», comentaba inquieto. Alejandro Mango, de 24, iba como director de los acólitos, «muy cerca del Señor, iluminándolo». Tanta ilusión no podía caer en saco roto y a las ocho y media de la tarde la hermandad decimoséptima de la Pasión cacereña decidió que había que arriesgar, y arriesgó.

La salida de la nueva cofradía fue realmente conmovedora. El público se agolpó en las puertas del Palacio Episcopal consciente de que este grupo de jóvenes, la mayoría de entre 18 y 30 años, llevaba aguardando toda la pandemia para procesionar por Cáceres. A la llamada de un nazareno con túnica de sarga blanca, cíngulo, escapulario verde y capa nívea, las puertas de palacio se abrieron y el cortejo se formó en la plaza de Santa María. Primero, una veintena de nazarenos con la cruz guía, el estandarte de la Unión Cofrade, el de la hermandad y el libro de reglas. Detrás, los acólitos. Y por fin, el paso de Jesús de la Lealtad Despojado de sus Vestiduras, sobre un trono de cuatro metros portado a doble hombro, un nuevo estilo de carga en Cáceres, con 28 costaleros dispuestos a darlo todo.

Los primeros minutos sorprendieron al público, que aplaudió a cada pausa, porque Cáceres ya ha aprendido que a los costaleros se les puede aplaudir. Lo merecían. Su integración con la primera marcha, ‘La esperanza de María’, bellamente interpretada por la Agrupación Musical ‘La Expiración’ de Salamanca, demostró que se han empleado a fondo durante meses de ensayo.

Pero sin duda, lo que más agradó de esta primera salida fue la talla de Jesús Despojado, de tamaño natural, completamente anatomizada, policromada al óleo según los patrones de la escuela barroca, obra de los imagineros cordobeses Pablo Porras y Juan Jiménez. «No queríamos un paso espectacular para un día de procesión, sino una imagen capaz de transmitir sentimientos durante los 364 días restantes», explicó poco antes de la salida Alberto Portillo, el mayordomo. Su expresión dulce en contraste con el tormento que representa forma ya parte por derecho propio de la rica imaginería cacereña. En el futuro este paso incorporará nuevas figuras, pero antes, la hermandad pretende encargar la talla de María Santísima de la Pureza.

Vía crucis interior de la cofradía de los Ramos tras la suspensión de la estación de penitencia del Perdón. CARLAGRAW

Mientras, el temple estaba en la cofradía de los Ramos, que decidió no exponer su paso del Cristo del Perdón (siglo XVII, rescatado de la iglesia de Granadilla). Se trata de una cofradía veterana, capaz de sacar tres procesiones en solo cuatro días. El domingo abrió la Pasión más esperada tras la pandemia y mañana recorrerá el casco viejo con sus dos pasos titulares. Por eso, la hermandad votó la suspensión de la procesión minutos después de la hora de salida, como suele hacer en estos casos, sin demorarse en exceso ni plantear un cambio de recorrido «que acaba creando confusión en los ciudadanos». En sus filas siempre procesionan numerosos niños y adolescente por los que velan en estos casos.

Oración en la ermita del Santísimo Cristo del Amparo a la hora prevista de la procesión. CARLAGRAW

Y es que la previsión no estaba clara. Amenazaba lluvia y el Amparo también optó por no salir. Normalmente toma la decisión muy temprano si el día trae agua, pero la suspensión por la pandemia le animó a aguantar hasta cerca de las nueve. Finalmente no pudo ser. Este nazareno del siglo XVII no tiene cobijo posible en su largo descenso desde la Montaña hacia San Mateo, al menos hasta llegar a Santiago, y la distancia es eterna. No estrenó por tanto su nuevo inicio cruzando la ronda Este, que el jefe de paso, Jesús Sellers, tenía estudiado al detalle. Habrá que esperar. No hay problema. En las cofradías cacereñas el tiempo se mide en siglos. 

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