Cuenta la leyenda que la princesa mora Mansaborá, hija del señor de la ciudad, se enamoró de un capitán cristiano y ambos se veían a escondidas en los pasadizos subterráneos que comunicaban con la muralla cacereña. El capitán mantuvo un fingido amor por la princesa, hasta que consiguió descubrir el túnel por el que ella escapaba cada noche para reunirse con él. Y la princesa, por amor, le entregó las llaves de aquel pasadizo. Enseguida el capitán preparó el asalto a la ciudad y en la víspera del 23 de abril Cáceres ya era cristiana. El caíd, dolido por la traición de su hija, la maldijo junto a sus doncellas y las convirtió en gallina a ella y en polluelos a las demás.

Es la historia de Cáceres, que cada año necesita reconquistarse para resurgir en el mes de abril, en lo que ya se conoce como la primavera cacereña. El coronavirus ha impedido durante dos años a San Jorge vencer al dragón (que en la leyenda representa a los musulmanes) y por eso ha estado dormida, sin grandes eventos, sin fiestas. Pero desde esta noche, desde que el dragón ha vuelto a ser pasto de las llamas, la ciudad ha vuelto a ser lo que era. Y la multitud se ha vuelto a echar a las calles con San Jorge, con la Virgen de la Montaña y con la feria del libro, que coinciden en el tiempo. Así que San Jorge, podría decirse, que ha reconquistado a la primavera cacereña.

El desfile de San Jorge y la quema del dragón

El desfile de San Jorge y la quema del dragón

Este año, eso sí, la reconquista se ha adelantado un día. Debía haber sido la noche de este viernes pero, ante la previsión de lluvia, se tomó la decisión de celebrarlo el jueves; a pesar de que mañana es lectivo. Por eso el desfile ha hecho todo el recorrido más rápido de lo habitual; pero le ha dado tiempo a lucirse.

Decenas de personas han llenado el recorrido de la comitiva, que llegó de noche a una plaza Mayor abarrotada

Ha sido uno de los más multitudinarios, movidos, organizados y divertidos que se recuerdan. Unas 1.600 personas (en su gran mayoría niños) han participado en la comitiva, que ha contado con 15 dragones. El principal, de 14 metros, era obra de Miguel Ángel Castro, de Teatrapo Producciones, una compañía de Villanueva de la Serena. De color rojo anaranjado, había sido elaborado con la técnica tradicional fallera, recubierto de porexpan y papel. Tuvo que ser trasladado en camión hasta la capital cacereña, por eso la figura se ha tenido que construir por partes, para que se pudiera desmontar dentro del vehículo. Entera no cabía. Sobre él, viajaba Mansaborá. Iba además escoltado por los monstruos guardianes, con zancudos escupiendo fuego a los asistentes.

El resto de los dragones los han aportado la agrupación vecinal, las asociaciones de vecinos de Mejostilla y Antonio Canales y los colegios Francisco Aldana, Prácticas y Giner de los Ríos, Sagrado Corazón (que salió sin dragón porque se le quemó por la mañana mientras terminaban de montarlo), San Antonio de Padua, Carmelitas, Moctezuma, Josefinas, Donoso Cortés, Cervantes y Nazaret. Y había de todo: De una cabeza, de tres, con colmillos afilados, dragones con sus crías, con luces, con sonido, echando humo,...

Amenizando el desfile, la danza del vientre, gigantes y cabezudos, las tropas moras, dos bandas de música y hasta una gallina. Es la primera vez que este personaje cobra protagonismo en el desfile de San Jorge, a pesar de que forma parte de la leyenda de la ciudad.

La comitiva salió puntual a las 20.00 horas de Ronda de la Pizarra y ha llegado a una plaza Mayor abarrotada pasadas las 21.30. Decenas de personas se han agolpado también alrededor del resto del recorrido. Y es que el desfile, uno de los más esperados por llevar dos años sin celebrarse, ha sido uno de los mejores que se recuerdan en décadas.

En la plaza Mayor se ha llevado a cabo una representación de la leyenda de San Jorge que ha durado aproximadamente una hora. Un viajero en el tiempo ha sido el encargado de narrar la historia de Cáceres al público y los pasajes se han ido intercalando con intervenciones teatrales en la Torre de Bujaco, en el Arco de la Estrella y en los soportales, de donde iban apareciéndose los personajes principales de la leyenda, como la princesa Mansaborá o el caíd. El final de la historia ya se sabe: San Jorge vence al dragón, que acaba siendo pasto de las llamas. Después, los fuegos artificiales han sido el colofón a este desfile multitudinario e histórico.

En los colegios

Una imagen del desfile del Paideuterion. EL PERIÓDICO

Al margen del desfile principal, algunos colegios han realizado el suyo propio. Es el caso del Paideuterion, que la mañana de este jueves ha vuelto a llenar el centro y la parte antigua con su particular comitiva. Ha pasado por Camino Llano, Clavellinas, San Pedro, Plaza de San Juan, Gran Vía, Plaza Mayor, Arco de la Estrella, Plaza de Santa María. Terminó en San Jorge, donde se llevó a cabo la quema de los dragones que ellos mismos habían elaborado.

El San Antonio también desfiló su dragón por la mañana, pero este centro lo ha hecho en el interior de sus instalaciones. En ambas actividades participaron toda la comunidad educativa.

El San Antonio, con su dragón en las inmediaciones del colegio. EL PERIÓDICO