Un Womad de récord. Ese es el balance de esta edición que ya se preveía histórica pero que, tras analizar los datos, ha superado todas las expectativas. Durante los tres días han pasado por el festival 140.000 personas, que han disfrutado tanto de los 19 conciertos programados como por los talleres y las actividades paralelas. Y, a pesar de las aglomeraciones, vuelve a tener un denominador común: la ausencia de incidentes.
Según los datos aportados por la comisión de seguridad, reunida la mañana de este domingo, entre Cruz Roja, DYA y ARA realizaron el sábado unas 40 intervenciones, pero todas de carácter leve (contusiones, mareos, dolor de cabeza, intoxicaciones etílicas y una insuficiencia cardíaca y otra respiratoria). “Con esta asistencia nos encontramos que hay una reducción muy importante en el número de asistencias sanitarias y una reducción más importante todavía en el número de asistencias a menores de edad en cuanto a intoxicaciones etílicas, pasan a ser residuales. Hay un comportamiento muy cívico”, ha asegurado el alcalde, Luis Salaya.
El momento más crítico se vivió el sábado, hacia la medianoche. Los cuerpos de seguridad tomaron la decisión de acordonar la plaza Mayor y cerrar el acceso porque se había superado el aforo de evacuación. En ese momento había en la plaza Mayor y en las calles aledañas 31.734 personas, cuando el límite fijado es de 28.000 personas solo en la plaza. El acceso estuvo cerrado durante al menos una hora, hasta que se consiguió despejar un poco la zona. Se vivieron momentos de tensión porque el público que se quedó fuera reclamaba poder acceder al recinto.
“La decisión que se tomó fue primar la seguridad de los asistentes y cerrar el recinto. Pedir disculpas a quienes tuvieron que esperar pero la decisión va a ser siempre preservar la seguridad”,
“La decisión que se tomó, y que respaldamos, fue primar la seguridad de los asistentes, y cerrar el recinto. Pedir disculpas a quienes tuvieron que esperar o sufrieron molestias a la hora de entrar pero la decisión va a ser siempre preservar la seguridad en un festival que tiene unos números importantes”, ha incidido el regidor cacereño.
Este año, precisamente para mejorar en la seguridad, se ha puesto en marcha por primera vez un sistema de conteo de asistencia, para conocer el número de personas que se agolpaban en la plaza en cada momento. Se trata de un sistema de cámaras, que estaban ubicadas en todas las entradas a la plaza Mayor y a San Jorge, que llevan asociados un algoritmo que se encarga de contar el número de personas. Cuenta la gente que entra y que sale y el algoritmo hace después una estimación de la gente que hay en la plaza y alrededores. “Nos ha permitido tener datos objetivos para tomar decisiones como la de cerrar la plaza Mayor”, ha insistido Salaya.
“No estamos satisfechos, sino absolutamente felices de que esta edición se haya desarrollado como se ha hecho”
Otro de los récords ha sido la recogida de residuos, que se ha reducido a la mitad, en comparación con la última edición celebrada, la del 2019. En concreto este año, durante los tres días, Conyser ha recogido 14.020 kilos de basura, mientras que en el último Womad fueron 28.000 kilos. Ha habido además una “ausencia total” de vidrio. “Esto nos demuestra que han funcionado los controles y que ha habido una importante reducción del botellón, que era una de las preocupaciones que teníamos respecto a Womad”, ha dicho el alcalde.
De cara a las próximas ediciones Salaya se marca como objetivo, “no solo que sea más limpio, sino que sea una referencia en festival ecológico, que no genere residuos, estamos en el punto perfecto para conseguirlo y trabajaremos para ello”, ha asegurado.
Por su parte, la directora de Womad, Dania Dévora ha incidido en que este es “un festival modelo”. “No estamos satisfechos, sino absolutamente felices de que esta edición se haya desarrollado como se ha hecho”, ha insistido.