Es una vista inigualable del Tercer Conjunto Monumental de Europa y primero de España. El lienzo Este de la muralla cacereña, restaurado en la primera fase, ofrece una panorámica excepcional desde la zona del Marco y San Marquino difícil de encontrar en otra ciudad, con un cúmulo de torres, palacios, lienzos y campanarios que son pura historia, sin un solo edificio moderno que interrumpa su disfrute. Pues bien, finalizada por completo la recuperación de este tramo de la muralla, ahora se acomete una última batería de mejoras de iluminación y jardinería que contribuirán precisamente a realzar su imagen, dentro de un proyecto que también se extiende a otros lugares especiales del patrimonio cacereño.
Se trata por un lado de una reforma en la iluminación que el ayuntamiento ha dotado con 34.000 euros y que ya está prácticamente lista. Incluye reajustes, sustituciones y nuevas dotaciones en catorce enclaves y monumentos diferentes. Algunos de ellos se ubican en ese lienzo de San Marquino, como el Arco del Cristo, Torre del Río o del Concejo, lateral del Baluarte de los Pozos (arroja luz sobre las singulares inscripciones de escritura cúfica que se conservan desde el siglo XII), Torre de Hernando Pizarro, Palacio de Pereros y otros puntos del bastión situados en su lateral Este-Sureste.
Pero además, se ha mejorado visiblemente el alumbrado de la Casa de los Ribera (actual rectorado), Palacio de Camarena, Palacio de Galarza, Casa Mirón, Casa Durán de la Rocha (taberna medieval) o la valiosa crestería de los Golfines de Abajo.
Tenue, cálida... y segura
«Cada año tratamos de acometer un proyecto que permita enriquecer la iluminación en distintos enclaves con tres fines», destaca el concejal responsable de Patrimonio, José Ramón Bello. «Primero, que sea menos agresiva en cuanto a montaje y cableado. Segundo, que tenga calidez y no cause agresión al paramento, ayudando a conservarlo. En tercer lugar, que evite puntos negros en ciertas zonas de la parte antigua y su entorno para quienes caminan de noche», detalla el edil.
«En definitiva, que sea una luz lo suficientemente tenue para no molestar, pero a la vez segura y que potencie la belleza del monumento». Porque, agrega José Ramón Bello, «no hay mejor experiencia que caminar por la noche por el casco antiguo, y pretendemos hacerla amigable, agradable y sosegada».
Además de mejorar el alumbrado dentro del propio casco antiguo, esta iluminación se aprecia especialmente cuando se ve el conjunto en perspectiva, sobre todo el lienzo de San Marquino, con una excepcional vista desde la ladera de la Montaña. Por esa misma razón también se harán pequeñas intervenciones en limpieza y jardinería en torno a dicho lienzo ya restaurado, a fin de embellecer la franja de la muralla que linda con San Roque y Miralrío.
Asimismo, se realizará una reforma de cierta dimensión en el Olivar de las Juderías, que permitirá una mayor visibilidad de una parte de los paramentos recuperados en la primera fase, y también mejorar el ajardinamiento. «Queremos hacerlo muy bien y para ello vamos a partir de un documento urbanístico, con un proyecto que analice el enclave de forma integral», puntualiza el edil. «Pondremos así la guinda a una restauración que ha sido un libro blanco de buenas prácticas y que la gente nos dice que está disfrutando», concluye.
