Lleva más de cuatrocientos años siendo el destino de numerosos ruegos y plegarias, agradecimientos y reflexiones, y su extraordinaria figura tallada en 1609 por Tomás de la Huerta sigue formando parte esencial de la historia cacereña pero también de la devoción de numerosas generaciones. Y tanto es así que este año otros 56 hermanos se han unido a la cofradía de Jesús Nazareno, fundada en 1464, que ya suma en torno a 3.000. No en vano, se trata de la hermandad que más pasos saca a las calles cacereñas, dos el Domingo de Ramos y ocho en la Madrugada (de Jueves a Viernes Santo), con largos cortejos acompañando a estas imágenes, algunas de una valía excepcional como el propio Nazareno o el Cristo de las Indulgencias (siglo XIV).

La cofradía celebró este domingo la Exaltación de la Cruz en el templo de Santiago, una fecha que cada año hace coincidir con su fiesta principal. En ella se impusieron las medallas a los nuevos cofrades que quisieron recogerlas públicamente (unos 15). También se entregó la distinción de hermano principal a Javier Sellers Bermejo, cofrade de larga trayectoria en el Nazareno (y también en otras hermandades), donde ha trabajado de forma incansable sobre todo en temas de logística. Se trata de un reconocimiento muy especial que solo tiene un grupo minoritario de personas, y que fue entregado el domingo por el mayordomo, Eloy Remedios, con una cerrada ovación en Santiago.