Aunque no se puede saber con exactitud, es un lugar común para los historiadores considerar que el libro no religioso más vendido y leído en el mundo ha sido «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha», de Miguel de Cervantes, del que se calcula que se han publicado 690 ediciones en diferentes idiomas. Pasaron siglos para que una saga de novelas juvenil de un joven mago le hiciera sombra, creando un fenómeno global que dio el salto de las letras al audiovisual (más el merchandising y hasta parque temáticos) con la multimillonaria franquicia Harry Potter. En 1997, J.K. Rolling sacó a la luz la obra que cambiaría por completo su vida, cuando era una mujer embarazada y desempleada, que tenía que hacer uso de los servicios sociales. Años después, esa franquicia la convirtió en una de las autoras más ricas del panorama. Su primer libro vendió más de 140 millones de copias y en total, la saga completa ya supera las 400 millones de ventas

Las críticas sobre la falta de diversidad y el machismo subyacente en la saga no han parado de crecer

Años después, la saga sigue estando tocada por la varita mágica en rendimientos económicos. Traspasa generaciones y muchos padres, madres, tíos, etc. animan a sus familiares a iniciarse a la lectura a través de los avatares de los magos de Hogwarts. Pero el contexto social ha cambiado desde la publicación del último Harry Potter hasta ahora. Y las críticas sobre la falta de diversidad y el machismo subyacente en la saga no han parado de crecer. 

El tropo de la dama en peligro

Hay estudios que valoran el hecho de que Rowling trazara unos personajes que, dependiendo de la circunstancia, asumen roles activos o valientes, lo que hace que Hermione posea características que superan los tradicionales roles de género. Pero otros, ven en el personaje que interpretó Emma Watson en la pantalla el típico tropo de la dama en peligro: una chica que en el fondo necesita ser salvada o unas profesoras de Howgarts que nunca llegarán a ser tan sabias como Dumbledore. «No se puede considerar Harry Potter machista o feminista. No se pueden juzgar los libros de hace 20 años con el prisma actual», apunta la profesora del IES Maestro Domingo Cáceres Noemí Benito, que lleva años introduciendo la pasión por la literatura a sus alumnos gracias a la magia de Harry Potter. Benito ha participado en las IV Jornadas Góticas, con una conferencia en el Palacio de la Isla de Cáceres sobre el universo ‘potteriano’ y su dimensión literaria.

«No se pueden juzgar los libros de hace 20 años o más con el prisma actual», asegura la docente

«Es verdad que en la saga hay muchos lugares comunes, pero Hermione es un ejemplo en el que las chicas se pueden ver reflejadas; un personaje muy potente. Pero es cierto que la carga la llevan los personajes masculinos», reconoce la docente, que considera que la saga «aporta otros valores como la amistad, la fidelidad, la lucha del bien y el mal; aunque no todos los libros tienen que enseñar algo; hay que entregarse al disfrute de la literatura».

En este sentido, la docente apunta que «hablar de feminismo debe ser transversal», desde un punto de vista pedagógico. En cuanto al tema de la diversidad, la saga «Animales Fantásticos», una precuela del universo Harry Potter introduce «un poco con calzador» una relación gay entre Dumbledore y su némesis: Grindelwald. Más allá de pegas a posteriori para una saga millonaria que no puede gustar a todo el mundo, «lo bueno es que Harry Potter ha conseguido introducir a la lectura muchas personas, de muy diferentes edades. La saga «abre un campo maravilloso para recomendar cientos de libros».

El error de las lecturas obligadas

Noemí Benito lo tiene claro: «Hay que ofrecer listas muy abiertas con libros optativos para que los alumnos tengan donde elegir y se enganchen a la lectura. Es obvio que hay que hablarles de los clásicos, hacérselos entender y explicárselos, pero obligar a los alumnos a leer «El Buscón» u otros títulos de la literatura antigua, que está a años luz de ellos, es un error. Si los fuerzas, les aburre y terminarán odiando la lectura». En ese sentido, la neutralidad d el saga Harry Potter, que encandila a personas de todas las edades, es el arma perfecta para enganchar a las letras a los más jóvenes en el aula.

«Yo a mis alumnos, si hay un libro que no les está gustando, les digo que lo dejen y buscamos otros»

«Si te aburre, déjalo; ya encontraremos otro libro que sea para ti», les dice a sus alumnos de Secundaria y Bachillerato con tal de que puedan bucear en el infinito universo literario que existe. Para finalizar, otro lugar común: «Ellos suelen preferir libros de ‘Juego de tronos’ y ‘La rueda del tiempo’; mientras que ellas tiran más por las novelas de amor contemporáneas, como el fenómeno Blue Jeans». Sin embargo, hay un punto de encuentro en las novelas de misterio, desde Agatha Christie a los ‘Libros de seda’ de Christine Lynn Herman.  

Noemí Bravo imbuida de la magia de Harry Potter. CarlaGraw

Logo Junta EL PERIÓDICO