DOCUMENTO DE VOLUNTADES ANTICIPADAS: EXTREMADURA, LA COMUNIDAD CON MENOS REGISTROS

Los médicos ayudan a los cacereños con el testamento vital

Ofrecen una asesoría abierta y gratuita para redactar este documento, distinto de la eutanasia, aunque puede incluirla

En él se expresan los cuidados médicos para el final de la vida: muerte digna, evitar dolores, mantener cierta calidad...

Los facultativos estiman que ha de madurarse la idea de la muerte para hablar «con franqueza» y  «sin traumas»

En Extremadura sólo se han registrado unos 2.700 documentos

Los facultativos Montaña Román García y Dimas Igual atienden a usuarios en la asesoría del Colegio de Médicos de Cáceres..

Los facultativos Montaña Román García y Dimas Igual atienden a usuarios en la asesoría del Colegio de Médicos de Cáceres.. / Sergio Vela

A veces no tiene sentido prolongar la vida de manera artificial, ni seguir sufriendo un dolor que no llevará a nada, puesto que no hay solución. «En muchas ocasiones, los médicos nos vemos obligados a hacerlo porque los familiares no tienen madura la idea de que hay que dejar morir a un ser querido. Efectivamente se trata de un momento muy delicado, pero no tiene por qué ser aún peor». Así lo explica Dimas Igual Fraile, uno de los facultativos que ofrece el nuevo servicio de asesoramiento del Colegio de Médicos de Cáceres, para ayudar de manera totalmente gratuita a los usuarios de la provincia a redactar, legalizar y registrar el Documento de Voluntades Anticipadas.

En principio hay que aclarar que este procedimiento es distinto a la eutanasia, aunque puede incluirla en uno de sus apartados si el ciudadano así lo desea. En realidad, el Documento de Voluntades Anticipadas, más conocido como testamento vital (un poco erróneamente porque se hace efectivo antes del fallecimiento, no después), consiste en un escrito en el que una persona manifiesta de forma previa sus instrucciones sobre los cuidados y actuaciones médicas que desea recibir en caso de padecer una enfermedad avanzada, «de encontrarse en una situación física o psíquica que no le permita expresar libremente su voluntad», subraya el doctor. Dicho documento garantiza que tales deseos serán respetados y cumplidos por el equipo sanitario.

«Por ejemplo, que se administren los fármacos necesarios para aliviar al máximo el sufrimiento, no prolongar inútilmente la vida de manera artificial, no recibir tratamientos complementarios y terapias no contrastadas…», detalla el facultativo. No es por tanto una eutanasia (que también se contempla para quien lo desee), sino una petición de no ir más allá a partir del momento en que el deterioro del enfermo ya resulte considerable e irreversible.

Buena aceptación

De ahí que deba redactarse consciente y libremente cuando la persona todavía está en plenas facultades, por eso el Colegio de Médicos de Cáceres acaba de abrir esta asesoría a la que puede acudir cualquier ciudadano de la provincia solicitando cita previa en la sede de Cáceres (927- 222 622) o en la delegación del colegio en Plasencia (927- 426 333). La atención podrá ser telefónica o presencial. Esta última se presta en Cáceres los martes de 11.00 a 13.00 y los jueves de 18.00 a 20.00. En Plasencia, los jueves de 9.30 a 11.30.

Lo cierto es que ha comenzado el 6 de junio y los facultativos ya tienen un trabajo intenso en la asesoría, coordinada por la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos, donde Dimas Igual Fraile, Montaña Román García (Cáceres) y Concepción Hernández Herrero (Plasencia) ayudan a realizar el testamento vital de una manera sencilla. La finalidad es dar a conocer la importancia de dicho documento, pero también que resulte de calidad, de modo que recoja claramente las instrucciones sobre las actuaciones médicas que indica el usuario.

«En mi ejercicio profesional he hablado bastante con mis pacientes mayores de estos temas, y me planteaban sus deseos, pero luego, cuando se encontraban muy enfermos, sus hijos, por diversas cuestiones, nos instaban a seguir derivándolos en muchas ocasiones al hospital para hacerles más pruebas, aunque quizás ya no era lo mejor para el paciente», revela Dimas Igual, que ha dedicado sus últimos 20 años de profesión a la medicina de familia en el Centro de Salud Manuel Encinas. «Ahora existe el Documento de Voluntades Anticipadas, con validez legal, en el que una persona deja constancia escrita de su decisión con relación a los tratamientos médicos a los que desea someterse, llegado el momento en que no pueda expresarse por sí misma», matiza.

Los pasos

Veamos a continuación los pasos para formalizar el testamento vital. Lo más importante, una vez que se ha tomado la decisión, y antes incluso de pedir cita (también se puede realizar directamente a través de ‘https://saludextremadura.ses.es/web/expresion-anticipada-voluntades’), consiste en «mantener una conversación con nuestros seres queridos, ya sea cónyuge, amigos, médico de cabecera o confesor, para explicarles nuestro pensamiento y filosofía sobre este tema», aconseja el doctor.

 Y ello porque resulta imposible dejar acotados en ese documento todos y cada uno de los escenarios factibles en un futuro (tipos de enfermedades, gravedad del deterioro, tratamientos médicos que pueden ofrecerse…). En dicho escrito realmente se expresan las líneas generales, de modo que los allegados, una vez conocidos los pensamientos del usuario, puedan tomar la decisión más acertada en cada situación concreta. Esa conversación resulta por tanto crucial. «Quizás parezca difícil, pero no lo es tanto y al final suele ser muy gratificante. Yo mismo la he mantenido con mis pacientes y lo agradecían. Todo el mundo debemos hacerlo en algún momento, debemos normalizar la muerte y hablar con nuestros seres queridos de cómo queremos acabar la vida. Les va a dar tranquilidad, les facilitará las cosas», declara. Además, existe una herramienta importante de ayuda: el ‘Proyecto Conversación’ (accesible en https://theconversationproject.org).

Una vez claro lo anterior, se formaliza el Documentos de Voluntades Anticipadas. Quien acuda al Colegio de Médicos recibirá amplia documentación (escrita y digital), asesoramiento, incluso ayuda para redactarlo. Solo se necesitan los datos más básicos de la persona (nombre, DNI, dirección y contacto), y un representante y dos testigos (estos dos últimos no deben tener relación patrimonial con el usuario aunque sean familiares). Darán fe de que el firmante lo hace en plenas facultades, con libertad, sin coacción de ningún tipo. El representante será el que tome las decisiones concretas cuando llegue el momento, siempre según las líneas expresadas en el testamento vital.

El documento se compone de algunos anexos sencillos a efectos administrativos y de tres apartados donde se deja constancia fehaciente de las intenciones del firmante. En el primero se indican los ’Objetivos Vitales y Valores’ que desea mantener la persona cuando una grave enfermedad no le permita expresar su voluntad, es decir, los que no le merecería la pena perder forzando la prolongación de la vida. La propia Junta de Extremadura, que canaliza el proceso, facilita en el mismo formulario algunos supuestos que pueden seleccionarse: «mantener una buena calidad de vida», «tener una muerte digna», «no sufrir dolor intenso e invalidante (físico o psíquico)» o «imposibilidad de mantener una independencia en las actividades básicas de la vida diaria».

En el segundo apartado se establecen las situaciones sanitarias en las que el usuario quiere que se respete su testamento vital: enfermedad irreversible que conduzca en un plazo breve a la muerte, estado vegetativo crónico, estado de demencia grave, cáncer diseminado en estadío avanzado…

El tercero recoge más concretamente las instrucciones sobre las actuaciones sanitarias en estos casos: administración de fármacos para aliviar al máximo el sufrimiento, no prolongar inútilmente la vida, e incluso la eutanasia, que puede contemplarse siempre que el paciente se encuentre, llegado el momento, en uno de los supuestos previstos por la ley. Ojo porque este punto debe ser suscrito por la propia persona y nadie podrá decidir por ella ni siquiera en su momento de mayor gravedad. Además, el firmante puede dejar constancia de su deseo de donar órganos.

Finalizado el documento, se entrega en el centro de salud para su envío a la Dirección General de Planificación Familiar de la Junta, que además lo comunica a un registro central en Madrid. Se adjunta a la historia clínica y permitirá en su día al equipo médico conocer la voluntad del paciente, teniendo presente el respeto a la dignidad humana.

El doctor Dimas Igual agrega que la iniciativa de abrir la asesoría se debió en buena parte al pequeño número de testamentos vitales que existen en Extremadura (unos 2.700), el más bajo del país. Él mismo dio el paso en 2009, fue de los primeros, «entonces mis hijos eran todavía adolescentes y lo hice sobre todo para facilitar las cosas a la familia. Debemos madurar la idea de la propia muerte para hablar con franqueza, con claridad, sin traumas. Incluso los médicos debemos concienciarnos más sobre este tema, tener una comunicación más fluida», se sincera el facultativo.

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