LA SANTA SEDE HA CONCEDIDO AÑO JUBILAR DE CARA A UNA DE LAS CELEBRACIONES RELIGIOSAS MÁS IMPORTANTES DE CÁCERES EN DÉCADAS

La Virgen de la Montaña de Cáceres tendrá su jubileo con dos puertas santas para las indulgencias

La del santuario se abrirá el 12 de octubre y la de Santa María el día 13, ambas a lo largo de un año

Supone el inicio del Centenario de la Coronación, que ya programa actos con todos los colectivos

La concatedral, llena durante un novenario a la Virgen de la Montaña.

La concatedral, llena durante un novenario a la Virgen de la Montaña. / EL PERIÓDICO

La capital cacereña está a punto de iniciar una de las celebraciones religiosas más importantes de su historia. El próximo 12 de octubre dará comienzo el Año Jubilar concedido por la Santa Sede con motivo del Centenario de la Coronación Canónica de la Virgen de la Montaña, que tuvo lugar el 12 de octubre de 1924. Lo hará justo un año antes de la conmemoración de esa fecha, con la apertura no de una, sino de dos puertas santas para facilitar a los devotos la obtención de la indulgencia plenaria, una gracia especial que se obtiene al cruzar bajo ellas en momentos singulares que la Iglesia contempla y otorga.

El centenario es sin duda una fecha de relevancia para una ciudad que se vuelca con los actos relacionados con su patrona. Por ello, el jubileo arrancará con la apertura de la Puerta Santa del Santuario de la Montaña (se ha elegido para esta designación la puerta lateral con acceso por la galería acristalada), a las 17.00 horas del próximo 12 de octubre, acompañada de una eucaristía solemne. Al día siguiente, 13 de octubre, tendrá lugar la apertura de la Puerta Santa de la Concatedral de Santa María, en este caso la ubicada frente al altar, a las 18.00 horas y también con misa solemne. Así lo anuncia el obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, Jesús Pulido, y el mayordomo de la cofradía, Joaquín Manuel Floriano, en las invitaciones que ya están cursando.

Ocasión extraordinaria

Permanecerán un año abiertas para que todo el que las cruce con espíritu de renovación pueda obtener el perdón de sus pecados. Para ello, la Iglesia establece que la persona debe confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa, además de realizar estos actos con un convencimiento real. Son consideradas ocasiones extraordinarias por la doctrina cristiana y sólo pueden ser abiertas por el Papa y por los obispos en los lugares que la Santa Sede designe.

En el caso de Cáceres se contempla el santuario como espacio principal, pero también se habilita la concatedral con el propósito de facilitar el jubileo a todas las personas que tengan dificultades para subir hasta la Montaña.

Así, el centenario constituye el acto más importante que afronta la Real Cofradía de la Montaña en décadas, junto con la Diócesis de Coria-Cáceres. Ambas han creado la Comisión del Año Jubilar, compuesta por representantes del Obispado, el Cabildo Catedral, el Ayuntamiento de Cáceres y la propia cofradía, a fin de coordinar las acciones durante la conmemoración.

 Joaquín Floriano, elegido en las urnas como mayordomo el pasado mes de junio, afirma que, además del Año Jubilar, se está elaborando un programa «muy participativo» en el sentido más amplio de la palabra, es decir, con numerosas iniciativas que a la vez estarán abiertas a la todos. «No queremos que se perciban como actos destinados a quienes ocupan ciertos cargos o responsabilidades, al contrario, queremos que la gente los sienta como suyos, que participen», subraya Joaquín Floriano.

«Contaremos con todos»

Así, habrá jubileo de mayores, de enfermos, de reclusos del centro penitenciario... «Contaremos con los distintos colectivos porque este centenario nos compete a todos», destaca el mayordomo, que reitera la «ilusión» de la nueva directiva por desarrollar el programa del mejor modo. El objetivo consiste en organizar distintas propuestas de carácter religioso, solidario, social y cultural, cuyo momento álgido tendrá lugar en octubre de 2024, si bien se irán celebrando a lo largo del año.

En ese espíritu de desarrollar un centenario lo más extensivo posible, destaca la visita de la patrona de Cáceres a distintos templos de la ciudad, en realidad «a todos los que sea posible», explica el mayordomo, entre ellos San Eugenio (Aldea Moret), San Juan Macías (Mejostilla), Espíritu Santo, San Blas, Nuestra Señora del Rosario de Fátima... Salvo los templos históricos situados en el entorno del casco antiguo, la intención es que la patrona realice una peregrinación continua por esas parroquias en las que nunca ha estado, pero cuyos fieles nunca faltan a su novenario. Una peregrinación por cierto muy relacionada con el espíritu del jubileo que estará presente durante todo un año.

La devoción por la imagen solo se comprende si se conoce su historia. La Virgen de la Montaña comenzó a venerarse en el primer tercio del siglo XVII. El eremita Francisco de Paniagua inició su culto al abrigo de los peñascos más altos de la Sierra de la Mosca, en un principio bajo la advocación de Nuestra Señora de la Encarnación y de Montserrat. Le respaldó el clérigo Sancho de Figueroa, más tarde fundador de la cofradía y figura clave en la construcción de la primera capilla. Paniagua y Figueroa fueron decisivos en la adquisición de la imagen original. Celebraron la primera santa misa en la ermita un 25 de marzo de 1626. Contaron también con el apoyo de los habitantes de Cáceres y de su entorno.

La talla, de nogal policromada, de cuerpo entero (por influencia renacentista se presenta ataviada con vestido, delantal, manto y toca), despertó tanta devoción que ya desde 1688 se acordó declararla Patrona de Cáceres. 

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  • El 12 de octubre de 1924, en la plaza Mayor y ante miles de cacereños, tuvo lugar la Coronación Canónica de la Virgen de la Montaña, privilegio que fue concedido a la imagen por su antigüedad, milagros y gran devoción popular. Para ello hubo que esperar más de dos siglos desde su declaración como patrona. El Cardenal Primado, Monseñor Reig, bendijo e impuso la corona, obra de Félix Granda y fruto de las donaciones de los devotos anónimos. La Virgen lució el manto de raso blanco, recubierto totalmente de encajes e hilos de oro y plata, donado por la Reina Isabel II. Hubo desfile con honores de fuerzas militares y un amplio programa de actos religiosos, literarios y musicales.
  • En el 50ª aniversario de la coronación, el nuncio de Su Santidad, monseñor Dadaglio, presidió los actos centrales ante 10.000 personas congregadas en la plaza (Cáceres rozaba los 60.000 habitantes). La imagen llegó desde Santa María escoltada por una escuadra de gastadores y fue saludada con un aplauso interminable. Veintisiete sacerdotes concelebraron la misa junto al nuncio y al obispo Llopis Ivorra, acompañados de otros prelados.
  • La última gran celebración fue el 75º aniversario de la coronación, en 1999. Comenzó el 2 de octubre con la procesión de bajada a la que asistió un número inédito de fieles, seguida de un quinario presidido por cinco obispos, y diversos cultos hasta el 12 de octubre. Santa María estaba abarrotada a cualquier hora. No faltaron exposiciones, obras teatrales, ópera, lírica, corales, recitales de bandas, actuaciones folk, actuaciones flamencas y conciertos pop y rock.

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