El pasado fin de semana la base sobre la que se asienta la estatua a caballo de Francisco Pizarro en la plaza Mayor de Trujillo amanecía con una pintada. La misma había sido realizada con algún producto similar a la pintura y ocupaba buena parte de uno de los laterales del pedestal de granito. Ayer por la mañana, la empresa que lleva a cabo el servicio de limpieza en la ciudad se ocupó de eliminarla con agua caliente a presión a través de una de las hidrolimpiadoras de que dispone. Al parecer, el grafiti ha sido eliminado y desde el consistorio esperan que este hecho y otros similares no se vuelvan a producir.

Y es que el ayuntamiento insiste en que «por lo general, se suele respetar el patrimonio artístico y patrimonial, salvo algún caso puntual». No obstante, desde el mismo se ha hecho un llamamiento a la colaboración ciudadana a través de las redes sociales para poder averiguar «quién o quiénes han sido los autores de este acto vandálico, que no solo afea la imagen de la ciudad, sino que además supone un gasto».

Un hecho similar, aunque de mayor magnitud se produjo en el año 2009, cuando la fachada del castillo medieval amaneció con grandes pintadas sobre sus muros. Concretamente, se habían escritos varias palabras, en color verde y azul, a ambos lados de la puerta de entrada principal. Igualmente, se procedió a la limpieza de las pintadas, ya que este es uno de los lugares más visitados por los turistas que acuden a la conocer la localidad.