Agosto se disipa sin pena ni gloria y Trujillo se empieza a preparar, como puede, para celebrar, probablemente, las que serán sus fiestas patronales más atípicas e improvisadas.

El coronavirus ha logrado eliminar de un plumazo las actividades que componían los programas lúdicos para estas fechas, en definitiva, los festejos taurinos, deportivos y culturales que daban vida a la ciudad durante, aproximadamente, dos semanas.

Así las cosas, lo único que hará diferente la rutina de los vecinos del municipio, será la celebración de los actos religiosos, que comenzará el viernes, a las 20.30, con el inicio de la novena en honor a la Virgen de la Victoria. Una cita que tendrá lugar en cuatro horarios distintos, mañana y tarde.

Javier Diz, presidente de la hermandad trujillana de la Virgen de la Victoria, ya aclaró, hace varios días, que «serán unas fiestas diferentes», tanto es así, que esta vez, la Virgen bajará desde el castillo sin procesión y sin sentir el calor del trayecto habitual.

Lo mismo pasará el sábado, 5 de septiembre, cuando se cantaría el himno salve a la patrona desde la plaza Mayor. En esta ocasión, dicho canto se entonará desde en interior de San Martín, donde se seguirán unas estrictas medidas de seguridad frente al virus.

Cabe destacar que, a pesar de que la hermandad ha prescindido de algunos actos habituales, como la celebración de las bodas de oro y plata de los matrimonios de la ciudad, si que mantendrá la presentación de los niños recién nacidos a la Virgen, el día 30.