La llegada del buen tiempo, con olor a primavera, y la floración de numerosos árboles frutales, incluidos los cerezos más tempranos, son los culpables de que este fin de semana fuera bastante transitada la Ruta del Emperador, que une Jarandilla de la Vera con el Real Monasterio de Yuste, pasando por Aldeanueva de la Vera y Cuacos.

El itinerario, de dificultad baja, que recorrió el emperador de los Austrias, cuando se retiró definitivamente al cenobio verato, donde pasó los últimos días de su vida, está siendo transitado ayer y hoy, por caminantes, que además del valor histórico y cultural que tiene la ruta carolina, pueden contemplar paisajes realmente espectaculares, cuya belleza se ve potenciada en estos días por la floración de numerosos árboles frutales, junto con el agua que sorprende al viajero, al cruzar varias gargantas y arroyos, por puentes como el jarandillano de El Parral, que ya utilizó Carlos V para cruzar la garganta de Jaranda.

En definitiva que La Vera no cambia, mientras danza al ritmo del agua, cubierta por una capa de flores, ritos y leyendas, que han ido quedando prendidas en el paisaje y el paisanaje, a lo largo de los siglos. Por este motivo podemos concluir asegurando que La Vera, bien merece una visita.