Desde hace unas semanas, Zorita ha añadido una nueva hamburguesería a la lista de ofertas gastronómicas. Sin embargo, a diferencia de todas las demás, dicho establecimiento va sobre ruedas. Antonio García es el responsable del negocio, y tiene tres hamburgeserías más. «Nos movemos por toda Extremadura, pero llevábamos 18 meses parados», explica.

Este feriante ha sufrido en sus carnes junto a su familia el impacto económico de la pandemia. Antonio es de Rena (Badajoz), reconoció la ausencia de dinero en el bolsillo tras mucho tiempo de inactividad, y mostró su deseo de que los contagios y los brotes den un respiro a las ferias para que la actividad y la confianza se recuperen. De la mano de ellas regresarán los euros. «Ahora vamos pueblecito por pueblecito dando la cena a sus vecinos para ir sobreviviendo. Hay alegría al vernos, es como un ambiente de feria».

Pese a al covid, la calidad de sus productos y el servicio que prestan han conseguido sobreponerse y cuentan con un amplio abanico de clientes de todas las edades. Perritos, patatas, pizzas... Se dedican a este negocio desde varias generaciones. «Tenemos cinco niños y solo sabemos hacer esto», señala desde Zorita, el pueblo que da una oportunidad a los feriantes.