Situada en el número 15 de la calle del Cura de Salorino, la tienda de ultramarinos que abrieron hace más de 50 años (posteriormente fue un Spar y ahora es un Udaco) es una referencia en la localidad. Fueron Librado Liberal y Trinidad Barriga, un matrimonio de Aliseda, quienes se instalaron aquí con la intención de montar un negocio en el que ofrecer todo tipo de productos alimenticios, de mercería, sedería, finos encajes, abalorios...

Cuando se jubilaron el establecimiento pasó a las manos de sus hijos Trinidad y Fernando (son cinco hermanos). «Nos ayudamos constantemente, él se encarga también de la carnicería que nuestros padres tenían en Aliseda», cuenta Trinidad, a la que no le falta energía y su dedicación al colmado es admirable: «Me encuentro muy bien aquí». Recuerda que en el local se llegaron a vender las lamparillas que se ponían en aceite. Actualmente, señala, «hemos evolucionado a un pequeño supermercado».

Las paredes de la tienda la ocupan lustrosas estanterías repletas de productos de calidad

Nada como la sonrisa con la que obsequia todos los días a sus clientes. Y eso, esa sonrisa, ni tiene precio, ni tiene competencia. Cuesta mantener la mirada anclada en un solo sitio porque todo llama la atención, en el escaparate tiene varias macetas, con diferentes artículos. En el mostrador desde el que despacha, atiende a un vecino por su nombre (¡qué importante es eso!).

Tras ella, la paredes de la tienda la ocupan lustrosas estanterías repletas de conservas, aceites, galletas, panes, fruta, pasta, gominolas, chocolates, bollería, legumbres, quesos, geles, champús, pasta de dientes y otros productos de gran calidad. Igualmente no falta la vitrina donde se encuentran las carnes con el mejor alimento extremeño: pollo, ternera, cordero, cerdo... Un auténtico manjar.

"Durante el confinamiento estricto aumentó el consumo"

Trinidad - Comerciante

El establecimiento cumple todas las medidas sanitarias. ¿Y cómo se está viviendo el coronavirus? Con respecto a ello sí observa una variación al alza en el consumo en su local. «Los clientes hacen más compra para no tener que ir tan a menudo al establecimiento y, además, durante el estado de alarma hubo mucho estrés y en el confinamiento estricto aumentaron también las ventas».

Trinidad cree que a los vecinos les gusta realizar la compra en el pueblo. Es el ultramarinos de barrio, ese que siempre está abierto cuando necesitas pan o un kilo de patatas, o un litro de aceite. Trabajadores autónomos entregados, que en numerosas ocasiones hacen de psicólogos. Todos ellos bien se merecen un homenaje y Salorino, preciosa localidad del Tajo Internacional, es un buen ejemplo de ello.