Los miradores se han convertido en un recurso turístico de primer orden, que dinamizan el territorio y atraen a miles de visitantes cada año.

En Cabezabellosa, casi tocando el cielo, se erige entre los confines de dos valles (el del Ambroz y el Jerte) un balcón de acero y vidrio en plena naturaleza; en un enclave que conocen bien los aficionados al parapente.

De hecho, en Cabezabellosa, a 1.352 metros de altura, se alza el Pico Pitolero, un punto de referencia para la práctica del parapente y con un importante valor paisajístico.

La importancia de estos enclaves naturales como atractivo turístico y como motor de desarrollo los conoce bien la alcaldesa de Cabezabellosa, María de los Ángeles Talaván Montero, que presume ahora de tener en el término municipal un espectacular mirador a 870 metros de altitud, a 20 minutos de Plasencia, gracias a los fondos EDUSI.

El mirador natural se encuentra ubicado en un promontorio cercano al pueblo, en las últimas estribaciones de la Sierra de Gredos (Sistema Central), en la zona de la Trasierra o Sierra de Cabezabellosa.

Imagen del mirador de Cabezabellosa. El Periódico

Desde las alturas se puede disfrutar, en días despejados, de vistas de Valle del Ambroz, el Embalse de Gabriel y Galán, las Tierras de Granadilla, Sierra de Francia-Peña de Francia (provincia de Salamanca), La Trasierra, el Puerto de Sangamello, Pico El Gordo, Sierra del Merengue, Vegas del Valle del Alagón, Sierra de Gata, Las Hurdes, el yacimiento arqueológico de Cáparra y de inigualables puestas de sol.

Este recurso se une al acondicionamiento de la pista de despegue que ha ejecutado la Diputación de Cáceres en el Pitolero, con 300.000 euros invertidos en las obras de acceso a este pico, que facilitan el ascenso por las lomas entre retamas, jara y vegetación baja diversa.

El Chorro de los Ángeles

Más de 200 metros de altura tiene la cascada de El Chorro de los Ángeles, que tiene su propio mirador en Ovejuela (Las Hurdes) que ahora ya es accesible para personas con algún tipo de diversidad funcional.

El Chorro de Los ángeles, en las Hurdes. Javier Peñas

Otro mirador hurdano, el del Meandro Melero, uno de los principales atractivos de Las Hurdes, se encuentra ahora en obras para hacerlo accesible. Y no es la primera actuación que se realiza en este sentido, ya en el verano de 2020 se ensanchó y pavimentó la carretera que parte de Riomalo de Abajo, para facilitar el acceso a la panorámica.

Meandro del Melero. El Periódico

Volviendo a la cascada de El Chorro de los Ángeles, recibe este nombre por el convento de Los Ángeles, ahora en ruinas, que está en las inmediaciones de la alquería hurdana. Un convento mandado a construir por San Francisco de Asís, que quedó fascinado de estas tierras en su camino hacia tierras lusas.

Un mirador al pasado de Yuste

El pasado verano, Cuacos de Yuste estrenó nuevo mirador con vistas a un monasterio que es conocido mundialmente por ser la última morada del emperador Carlos V.

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Se denomina ‘Mirador Barrera de Yuste’, y su construcción ha sido financiada por la Diputación de Cáceres, con un presupuesto de 20.600 euros, en el marco del programa especial de cooperación para la inversión en planes de acción territorial. Otra apuesta por el turismo sostenible, que valora el patrimonio cultural de la Alta Extremadura.

Las actuaciones más recientes en miradores también pasan por el Valle del Jerte; por Tornavacas, donde la Institución provincial estrenó el pasado verano uno que incluye un aparcamiento turístico inteligente y un acceso dotado de todos los medios necesarios para hacerlo accesible.