El Puente del Conde de Aldeacentenera, Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento, ha estrenado acceso, señalización y aparcamientos, gracias a unas obras financiadas por la Diputación de Cáceres con un presupuesto de 44.300 euros, para potenciar el turismo en la zona.

Se trata de una joya de la ingeniería construida mediante fábrica de ladrillo y mampostería de pizarra. De 65 metros de longitud, unía las zonas de Trujillo y Guadalupe. El puente posee cinco ojos con sus bóvedas, cuatro de medio punto y una apuntada.

El buen estado de conservación y el adecuado criterio de intervención seguido para su restauración permite comprobar la importancia del papel de los materiales locales en el levantamiento de infraestructuras de la arquitectura tradicional.

La Diputación de Cáceres ha llevado a cabo esta obra, dentro del Geoparque Mundial UNESCO Villuercas-Ibores-Jara, que ayuda a potenciar el turismo y a poner en valor el patrimonio, dentro del programa Diputación Desarrolla.

“Con el fin de potenciar el turismo en la comarca”, se ha construido una zona de aparcamientos, se ha acondicionado el camino de acceso peatonal al puente y se ha procedido a la limpieza y reposicón de elementos de dicho puente, en palabras del diputado del área, Fernando García Nicolás.

También se han adecuado dos zonas de merendero con mesas de picnic y bancos y se ha instalado cerramiento a lo largo de todo el camino de acceso.

Además, en la zona de aparcamiento, junto al puente, se ubican carteles informativos cuyo contenido versa sobre las características e historia del puente, el geositio donde se ubica la infraestructura, así como sobre la flora y la fauna de la zona. 

Pizarra y cantos del río

Al igual que en los inmuebles más modestos, los materiales utilizados son la pizarra y los cantos de río, además del mortero de tierra, proporcionando una sensación de armonía completa con el entorno geológico.

En cuanto al entorno del bien, en la orilla norte se conservan diversos elementos de interés patrimonial relacionados con la arquitectura vernácula, y vinculados al puente: un molino y tres zahúrdas, así como restos del canal que alimentaba el molino, lo que permite una información de gran importancia para entender todos estos elementos como un conjunto directamente relacionados con el modo de vida.