Territorios sin protección BIC

Hay dos territorios que destacan en la provincia y que mantienen su particular pulso con la Administración para conseguir una figura que asegure la preservación de su conjunto patrimonial: Hoyos, la capital administrativa de la Sierra de Gata, cuya lucha administrativa se remonta a casi dos décadas; y Riomalo de Arriba, uno de los pueblos más pintorescos de España, en Las Hurdes, cuya batalla es más reciente pero el estado de la alquería es (si cabe) más frágil y singular.

Recientemente, la asociación Adenex ha criticado la desprotección del conjunto histórico de Hoyos después de que la Junta de Extremadura haya declarado la caducidad del expediente de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de esta localidad, iniciado en el año 2004 por la Consejería de Cultura.

«18 años después esta Consejería ha sido incapaz de terminar el procedimiento y la solicitud del Ayuntamiento de Hoyos y ha resuelto declarar la caducidad». La incoación del expediente de 2004 afirmaba que Hoyos reúne una serie de elementos históricos «que conforman un conjunto urbano de singular personalidad».

También destacaba la existencia de un importante conjunto de construcciones señoriales de los siglos XV, XVI y XVII «que evocan el auge de la población en estos siglos, que convive, en una ejemplar integración, junto a numerosas muestras de arquitectura popular de tipo serrano que han formalizado su estructura urbana básica».

Esta conjunción e interacción de elementos justificaban (y justifican) su consideración como BIC con categoría de Conjunto Histórico para el municipio.

Adenex ha puesto de manifiesto que la Consejería de Cultura «no sólo no fue capaz de terminar el expediente en los 16 meses que establece la Ley de Patrimonio Histórico y Cultura de Extremadura, sino que en los 18 años siguientes no había tomado ninguna medida para enmendar tal dejación de funciones, únicamente la reciente declaración de caducidad». 

El caso de Riomalo es distinto pero también urge, porque el objetivo pasa por mantener la popular y humilde arquitectura negra hurdana. 

De hecho, la Fundación Riomalo de Arriba promovió el año pasado una recogida de firmas que motivó que el Ayuntamiento de Ladrillar (al que pertenece el núcleo rural hurdano que da nombre al colectivo) hiciera una petición formal a la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Extremadura para declarar BIC esta pintoresca alquería.