Rutas por Extremadura

Averigua qué rincones de Extremadura no puedes perderte en primavera

La belleza de la región se encuentra en cualquier recodo, pero te presentamos la mejor comarca para disfrutar de la eclosión de la naturaleza

Sierra de Gata también es agua.

Sierra de Gata también es agua. / Diputación de Cáceres

A pesar de todo, Extremadura sigue siendo una de las regiones más desconocidas de España. Y decimos que a pesar de todo porque tanto las instituciones como el boca a boca tratan de paliar este déficit. Sin embargo, su atractivo continúa cautivando al curioso, que explora y descubre rincones de belleza singular y espectacular.

Hoy vamos a descubrirte una de las comarcas con parajes inigualables, con una naturaleza extraordinaria, un urbanismo rural identitario y exclusivo de la zona, y una arquitectura serrana reflejo de las costumbres de la zona.

La torre de la iglesia de Gata.

La torre de la iglesia de Gata. / Diputación de Cáceres

Nos referimos a Sierra de Gata. Ubicada al noroeste de la provincia de Cáceres, fronteriza con Portugal y Salamanca; y en la que los robles y los olivares conviven mostrado al turista la eclosión de la naturaleza en su máximo esplendor. A ella se unen las numerosas aves que surcar los cielos de un azul intenso de esta comarca fronteriza. Todos estos ingredientes se sazonan con pueblos de trazados medievales, casas empedradas y coloristas gracias a la explosión de la primavera, callejas y plazuelas intrincadas, pero que conservan el sabor del pasado.

Recorrerse la comarca exige tiempo. Por ello, te hacemos una selección de los pueblos que no debes perderte en tu visita.

Nuestra selección de pueblos

Trevejo: Pedanía perteneciente a Villamiel. Posiblemente sea la esencia de Sierra de Gata. Su pasado convulso a manos de musulmanes y cristianos ha marcado a su presente, que se palpa en su arquitectura: un castillo construido en el siglo XV, la iglesia de San Juan con tumbas antropomórficas excavadas en roca granítica. Su espléndida ubicación permite contemplar las sierras de Garduño, Albilla, San Pedro, San Pedro y Cachaza.

San Martín de Trevejo: Su pasado se remonta al siglo IV y la historia de esta localidad registra batallas sangrientas como la protagonizada por el rey Alfonso VII en 1142. Y, una curiosidad, el hijo de este rey, Fernado, se encargó de repoblar la zona con ciudadnaos del reino de León y Galicia, y se cree, según apunta Turismo de Extremadura, que así nació la lengua del valle A fala (o mañegu). San Martín de Trevejo cuenta con el título de Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico. En él puedes visitar la iglesia parroquial de San Martín de Tours, la torre campanario de la plaza Mayor, el convento de San Miguel, diversas casas-palacio repartidas por el casco antiguo, la ermita de la Cruz Bendita, la plaza Mayor porticada y su fuente central, las estelas funerarias que datan del final de la Edad del Bronce, los chozos dispersos por todo el término o la antigua almazara del siglo XII.

Ermita.

Ermita. / Diputación de Cáceres

Gata: Mucho se puede destacar de Gata, pero seguramente su arquitectura popular destaca sobre otras peculiaridades. Se caracteriza por sus casas altas, de dos y tres plantas, construidas con granito, cal morena y arena de río. En las zonas superiores destacan el uso de la madera y el adobe. Según recoge la Diputación de Cáceres, en el siglo XVI se incorpora un elemento constructivo destacado: el balcón. Entre los edificios a destacar se encuentran la iglesia parroquial de San Pedro, del siglo XVI y la ermita del Cristo del Humilladero, del XVI. Como ya te encuentras en Gata, no te vayas sin visitar la fuente del Chorro, en la plaza Mayor, que se usó para el ganado.

Hoyos: Declarada Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico, es considerada como una de las poblaciones más atractivas y señoriales de Sierra de Gata. Cuenta con una iglesia de los siglos XV y XVI, también declarada Bien de Interés Cultual en 2017, la de Nuestra Señora del Buen Varón.

Robledillo de Gata: Este pueblo hay que pasearlo, hay que vivirlo y disfrutarlo. El deleite máximo se encuentra en el trazado de su casco histórico, en el que ningún rincón se escapa a la admiración. A él se suma el molino del medio. Se trata de un antiguo molino de aceite perfectamente conservado. En él puedes descubrir los entresijos de su mecanismo para mover el agua, su maquinaria y las herramientas. A estas delicias arquitectónicas se une la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Data del siglo XVI. Su singularidad se hallar su atípico planta hexagonal, su gran pórtico de rueda y una sacristía con artesonado mudéjar. Además de este templo, Robledillo cuenta también con tres ermitas: la del Cordero y la del Humilladero, ambas del siglo XVI, y la dedicada a San Miguel, realizada en mampostería a base de pizarra y enlucida.