Opinión | Con otro prisma

Jato, el nuevo Womad de la provincia en Cáceres

La feria de los pueblos se consolida por méritos propios en la primavera cultural de la capital cacereña tras otro multitudinario Womad 

Una de las imágenes que ha dejado el encuentro Jato en Cáceres.

Una de las imágenes que ha dejado el encuentro Jato en Cáceres. / Carlos Gil

Womad ha cerrado una edición 'ejemplar' sin botellón y con el público más pendiente de los artistas en la Plaza Mayor de Cáceres que otros años. El certamen se ha celebrado con un cartel anunciado 'in extremis' y con la polémica de la lectura del manifiesto social que inicialmente rechazó la nueva organización. Ha sido el primer año sin Dania Dévora, la veterana directora del festival multiétnico, lo que generó cierta incertidumbre sobre una continuidad que, tras esta exitosa edición, se augura más que asegurada.

El formato de Womad, con una multitud invadiendo la Plaza, llevaba años cuestionándose y planeando sobre él una hipotética clausura que quizás quede zanjada una vez que el Ayuntamiento ha plantado cara al botellón. 

No obstante, los vecinos de la parte antigua insisten en la necesidad de un manual de gestión que planifique grandes eventos como éste, para que convivan en armonía con los residentes a la vez que se protege el patrimonio.

Y en este escenario de lujo que es la Ciudad Monumental se celebraba este fin de semana otro evento de incuestionable éxito, el encuentro del medio rural Jato. La exhibición de los pueblos ideada por la Diputación que aterrizó en Cáceres hace tres años, ha dejado vistosas estampas de arte, música, folclore, tradiciones o gastronomía tanto en el Cáceres de piedra como en el centro, con su llamativo pasacalles multicultural.

Una auténtica feria del acervo de los pueblos reivindicándose en su capital, con una programación para todos los públicos que ha hecho de la ciudad un hervidero cultural junto a otras dos citas con tirón, el festival musical de los bares antiguos y los dos conciertos de Robe en el Hípico, cada una con sus respectivos seguidores.

Antes, ya había dejado muy buen sabor de boca el participativo desfile de dragones de San Jorge. Una espectacular comitiva que cada año se supera y que representa la esencia de la ciudad, como sucede con la fiesta del Febrero y las Lavanderas.

En este contexto, quedaría prácticamente descartada una posible suspensión de un Womad que se adentra en la década de los 30. Si bien, la ciudad no debe dejar de enfocar su proyecto de promoción cultural a otro tipo de eventos de atracción popular y turística que encarnan sus valores identitarios, como son Jato, a todas luces el nuevo Womad de la provincia en Cáceres, o San Jorge.