«No he completado el viaje, pero he hecho un cachito», ha dicho en alguna ocasión el actor Santi Rodríguez al respecto de la muerte. Hace algo más de un lustro, el día de su cumpleaños, estuvo unos minutos en parada cardiorespiratoria. De ahí nació ‘Infarto ¡No vayas hacia la luz!’, un espectáculo desternillante al que ahora sigue el no menos hilarante ‘Espíritu’, una reflexión sobre la muerte para todos los públicos que se pone en escena el próximo sábado 26 de marzo en el Palacio de Congresos de Badajoz. De origen malagueño, Santi Rodríguez es conocido por su versatilidad y por sus papeles en teleseries como ‘7 vidas’. ‘Espíritu’ rinde un emocionado homenaje a los que se han ido y dibuja una sonrisa a los que aún estamos vivos, que no es poco. Compra las entradas en este link.

Su anterior espectáculo ‘Infarto. ¡No vayas hacia la luz!’ nace de una experiencia personal el día de su cumpleaños. ¿Cuánto tiene ‘Espíritu’ de autobiográfico?

¡Pues poco, porque si fuera autobiográfico significaría que ya no estaría aquí! ‘Espíritu’ cuenta la historia de una persona que ha fallecido y que, en principio, no es consciente de ello. Es una comedia sobre qué nos sucederá cuando pasemos al otro lado y qué nos encontraremos allí. Normalmente los vivos tenemos miedo de los muertos, cuando, en realidad, los muertos son los que tendrían que tener miedo a los vivos por las cosas que hacemos. La prueba evidente son los acontecimientos que últimamente se suceden en el mundo.

Habla usted de la muerte en un espectáculo para todos los públicos. ¿El humor tiene límites o se los pone usted?

Yo me los suelo poner porque considero (respetando lo que haga el resto de compañeros), que a mi espectáculo viene gente de todas las edades y mi única intención es que el público entre en el teatro y desconecte un rato de los problemas diarios y cargue las pilas para seguir adelante.

La trama va de un señor que no sabe que se ha muerto y que vive con la ‘Niña de la Curva’… ¿Cree que eso puede sucederle a muchos?

No lo sé, pero este hombre vive con la ‘Niña de la Curva’ y otros espíritus conocidos, como el Espíritu de Superación, el Espíritu Deportivo, el Espíritu Crítico… Como en toda comunidad de vecinos hay cosas buenas y malas que el protagonista va a ir descubriendo al espectador.

La obra es un homenaje a aquellos que nos han abandonado ya. La muerte es un tema que nuestra sociedad tiene ciertas connotaciones tabú. ¿Cree que se habla poco de ella?

Yo he intentado hablar de la muerte desde el respeto, porque todos tenemos algún ser querido que hace relativamente poco se nos ha ido. Y yo también. Por eso me he centrado en el lado amable, si es que hay alguno en que fallezca la gente que queremos. Lo importante es pasar página, porque no hay más remedio que pasarla, y recordarlos con cariño y una sonrisa. Si nos están viendo que no nos vean tristes porque eso no les va a gustar. Me gustaría que estén tranquilos viéndonos felices y siguiendo adelante sin olvidarlos.

Santi Rodríguez en uno de sus hilarantes monólogos. EL PERIÓDICO

¿Cómo ha funcionado ‘Espíritu’ en otros teatros?

Maravillosamente, porque en esta obra tengo muy en cuenta el público y abordo el tema desde el máximo respeto. Vienen con muchas expectativas. Trato siempre de superar el espectáculo anterior y en este tengo mucha más interacción con el espectador en su butaca. Esta función es lo más cercano que he hecho a una obra de teatro convencional, aunque estoy solo en el escenario. En una parte del espectáculo hablo de la gente que se nos ha ido y comparto emociones que todos hemos tenido. El público agradece este momento especialmente porque es un momento muy emotivo y gratificante para todos. La gente sale reconfortada de ver cómo lo que ha sentido en alguna ocasión es algo que ya han experimentado otros. Se trata de un momento muy bonito y positivo.

En ‘Infarto’ estaba en el borde entre la vida y la muerte y en ‘Espíritu’ está ya muerto. ¿De qué va a tratar su próximo espectáculo?

¡Pues creo que algo de extraterrestres porque más allá del más allá no sé qué puede haber!

¿Está siendo duro volver a llenar los teatros cuando la pandemia está aún coleando?

Está siendo no tan fácil como antes, pero muy gratificante. La asistencia de público es un poquito menor que normalmente. Lo que sí es cierto es que en todos percibo las ganas de pasarlo bien de la gente, de desconectar, de disfrutar. Creo que nos lo merecemos. Hemos pasado una época inimaginable. El público viene con muchas ganas de disfrutar y la ovación final es increíble. Como en muchos otros sectores laborales hay que pelear mucho por salir adelante, pero el resultado es estupendo.

'Espíritu' se pone en escena el 26 de marzo en el Palacio de Congresos de Badajoz.

'Espíritu' se pone en escena el 26 de marzo en el Palacio de Congresos de Badajoz. EL PERIÓDICO

¿Es el humor más necesario que nunca con la avalancha de noticias negativas que se vienen encima cada día?

Sin duda alguna. El humor es siempre maravilloso, pero es una las herramientas más efectivas que tenemos porque equilibra el estado de ánimo. El humor es un arma de construcción y emoción masiva.

¿Cómo prepara usted un personaje? ¿Es un actor de métodos?

No tengo mucho método. Lo que hago es presentarme al público como soy en realidad. Desde ese punto de partida lo que hago es compartir experiencias de alguien muy normal, que tiene un punto extra de vis cómica. Lo que cuento son cosas muy normales y se identifican con lo que estoy contando y causa hilaridad porque te solidarizas con las desgracias que todos compartimos.

¿Se siente muy encasillado por el frutero que le dio a conocer al gran público?

Más que encasillado me siento muy recordado por él. En ‘Espíritu’ me encargo de recordarlo. Para mí no es un lastre. Debo de estarle agradecido sin duda pues me dio a conocer. Le hago un homenaje, aunque en la vida privada no tengo nada que ver con el personaje del frutero. El público lo recuerda con cariño y a mí es algo que me parece positivo y bonito.