Entrevista

Rosario Villajos: "Me encantaría que los hombres experimentasen el miedo de las mujeres a que nos violen"

La escritora cordobesa presenta 'La educación física', novela ganadora del Premio Biblioteca Breve

La escritora Rosario Villajos, ganadora del Biblioteca Breve, en Barcelona.

La escritora Rosario Villajos, ganadora del Biblioteca Breve, en Barcelona. / RICARD CUGAT

Anna Abella

Catalina, "una buena chica" de 16 años que es como una Caperucita que sí sabe quiénes son los lobos y qué buscan de ella por ser mujer, sale alterada de casa de una amiga y, a su pesar, hace autostop para que sus padres no la riñan por volver tarde. Su adolescencia habrá cambiado en las cuatro horas en que transcurre ‘La educación física’ (Seix Barral), novela ambientada en los años 90 con la que la cordobesa Rosario Villajos (1978) ganó el Premio Biblioteca Breve.

"Primero se siente culpable por lo que ha pasado, pero luego ve que no tiene por qué y ya solo piensa en denunciar al padre de su amiga por abuso. Quiere que la crean y que su amiga sepa que ella no ha hecho nada. Muchas mujeres no denuncian porque saben que las van a revictimizar. Por ello, el ‘Yo sí te creo’ contra La Manada de Pamplona significó un punto de inflexión", asegura la escritora, quien revela que ella fue una joven muy diferente de Catalina. "A mí me encantaba la sensación de peligro, experimentar, hacer ‘fechorías’. Hice autostop y viví situaciones rocambolescas, pero tuve la suerte de que nunca me pasara nada. Bueno, una vez, un imbécil me metió en un portal y me lié a guantazos con él. Hoy, mi arma ha sido escribir esta novela", advierte Villajos.

A las mujeres nos han educado a no sacar la rabia ante la violencia contra nosotras

"Que las mujeres pensemos que la culpa es nuestra cuando sufrimos una agresión viene de hace siglos. Saben que si dices algo dirán que la culpa es tuya. Las estadísticas dicen que es más probable que te viole un abuelo, un tío, un padre, un cura o un vecino que un extraño. Nos han educado para pensar que eres tú la que provoca por cómo vistes, por salir de noche, por cómo muestras tu cuerpo. Mira lo que pasó en aquella residencia de estudiantes de Madrid, las propias alumnas no le daban importancia. ¡Yo habría salido con antorchas a protestar!", dice en alusión a los alumnos que gritaban desde las ventanas a las estudiantes: "Putas, salid de vuestras madrigueras".

"Cara de actriz porno"

Se indigna también Villajos cuando recuerda cómo un profesor de Bellas Artes, cuando estudiaba en Sevilla, le dijo, mientras pasaba lista ante toda la clase, que "tenía cara de actriz porno". Por suerte, añade, "hoy hay muchos hombres en las manifestaciones del 8M que también se dan cuenta de que el patriarcado es una mierda para ellos". Sin embargo, lamenta que las cosas no han cambiado tanto y sigue reinando la cultura de la violación. Los crímenes de Alcàsser ocurrieron en 1992, hoy se suceden los casos de ‘manadas’. "Nerea Barjola, en ‘Microfísica sexista del poder’, dice que el caso Alcàsser habría sido un momento perfecto para responder como con la Manada de Pamplona: saliendo a la calle a decir ‘no’. Pero la forma en que los medios de comunicación trataron la noticia de aquellas niñas fue un paso atrás. Y mira hoy cómo se ha tratado el tema de los pinchazos en discotecas: causando pánico entre las mujeres, cuando son los hombres los que deberían temernos. Me encantaría que ellos experimentasen nuestro miedo. Nos han educado a no sacar la rabia ante la violencia contra nosotras", recalca.

Las mujeres mayores siguen perpetuando que demos importancia al físico por encima de todo, algo que nos carga de complejos

Muchas mujeres reaccionan intentando no despertar el deseo masculino. "Catalina intenta afearse rapándose la cabeza, pareciendo lo menos femenina posible, y está más cómoda vistiendo como un chico. Es su forma de protegerse para que el padre de su amiga no la mire".

La faja es un corsé emocional y metafórico de la presión sobre el cuerpo femenino

En la novela habla también de cómo las mujeres mayores "siguen perpetuando que demos importancia al físico por encima de todo, algo que nos carga de complejos. Ni yo misma sé cómo quitármelos: el salir de determinada manera a la calle, el preguntarte si tendrás demasiados pelos en las piernas… es muy difícil quitarse el corsé, la faja. Deberíamos decir todas ‘basta’. Como en el 8M. Habría que luchar para que el 8M fuera cada día".

Una faja de color carne que copa la portada de ‘La educación física’. "Es como la que su madre le hace llevar a Catalina, representa la presión sobre el cuerpo femenino. Es un corsé emocional y metafórico. Una prenda incómoda que, según su madre, sirve para que esté más ‘recogida’, cuando quiere decir ‘blindada’, porque es una prenda muy difícil de quitar. Piensa que así los chicos lo tendrán más difícil si quieren tocarla".