La cultura que nos viene

Un piano y un festival recién nacido

Una escena de 'Los hermanos Machado' que hoy se puede ver en la Sala Trajano, en Mérida.

Una escena de 'Los hermanos Machado' que hoy se puede ver en la Sala Trajano, en Mérida. / Teatro del Temple

Una comunista; la otra, de derechas. Hermanas, también. En casa se creció con la idea férrea de que hablar de politica, religión y dinero era de mala educación porque cobrar mucho da una sensación de poder sobre los demás que a menudo es real, así que mejor no saber; pensar distinto es garantía de rupturas y dolores y la creencia o no en Dios (el que la cultura dicte y decida) es algo demasiado íntimo como para criticarlo.

A ellos dos les pasó lo mismo. La ruptura familiar. Había mucho amor y había mucho dolor. Teatro del Temple reúne a Antonio y Manuel Machado en una obra de teatro que se representa esta tarde en Mérida y que quiere hablar, sobre todo, de la necesidad de diálogo, «sobre todo en estos tiempos», dice Carlos Martín, su director, que interpreta también al poeta comprometido con la República que se fue al exilio. En la web de la obra hay una frase preciosa: «Los hermanos Machado es una España que suelen ser dos cuando se empeñan en que sea solo una (que es la suya) y que debiera ser muchas (que son todas las nuestras sin disputas) porque tal vez esta España es más un canto a lo no dicho, una metáfora a lo por decir».

Cuando se piensa en un compositor adolorido, a todos nos viene a la cabeza Tchaikovski (podríamos hablar de los cambios en las romanizaciones de los nombres rusos, porque toda la vida he estado escribiendo Tchaikovski y ahora es Chaikovski y esa Ch me produce dolor a la vista, que es, supongo, lo que debieron de sentir algunas generaciones españolas cuando la RAE le quitó la tilde a la fé. «Es que no se escribe así», dirán: ya somos mayores para saber que la lengua la poseemos nosotros, no una institución. Tchaikovski.

La perla

 La actividad cultural de este fin de semana no puede estar más llena. Mañana sábado, a las doce de la mañana, La Raya Bandas Collective (un grupo de músicos de diferentes bandas municipales) estarán en el Museo Vostell Malpartida con la idea de ocupar la laguna y ofrecer una composición que, además, se estrena: ‘Dé-coll/age, obra performativa para banda en movimiento’, de Alberto Bernal, un encargo del Centro Nacional de Difusión Musical. Asistirá, de hecho, el director del CNDM, Paco Lorenzo. Además, en Mérida, dentro de la segunda edición del Festival Flamenco Universal, a las nueve de la noche en el teatro María Luisa, actuará Antonio Reyes, cantaor de Chiclana de la Frontera. Tanto estrés de ocio no se puede aguantar.

Tchaikovski, decía. ‘La Patética’, han dicho todos siempre, es una despedida. Pero no se suicidó. Murió de cólera. Como su madre. ‘La Patética’ (de pathos, no le den el sentido español) habla de la muerte, sí. Y es profundamente dolorosa. «El público que venga va a tener un viaje emocional de los de cinturón en la butaca», dice Andrés Salado: «Trabajarla y dirigirla es un desgaste emocional muy grande». «Demanda el corazón del músico. Demanda su aliento, su profundidad, su ser. Terminas destrozado».

Y su cuarto movimiento «es realmente de la música más insoportablemente profunda, intensa, bella y dramática que se haya escrito en la vida».

Antes llegará Konstantin Scherbakov, que tiene 60 años y lleva 50 tocando en escenarios de todo el mundo y que, además, es uno de los grandes expertos en el repertorio pianístico de Rajmaninov. Scherbakov ha ganado premios hasta en Cannes. Scherbakov toca con una delicadeza brutal. Porque, sí, hay infinidad de pianistas con una técnica sobrehumana, pero, como escribió César Martín en el Popular 1 hace cinco siglos, son «mucha técnica, poco feeling». Esta tarde, a las ocho, estará en Mérida, en el palacio de congresos y ojalá se llene. Scherbakov va a interpretar ‘Rapsodia sobre un tema de Paganini en la menor, op.43’ y, más que una rapsodia, es un concierto, escrito por un excelente instrumentador. «Consigue que el espectador viaje, como si estuviera en su carroza, sobre 24 maneras diferentes de escuchar este tema de Paganini».

Konstantin Scherbakov toca hoy en Mérida con la Orquesta de Extremadura en el palacio de congresos.

Konstantin Scherbakov toca hoy en Mérida con la Orquesta de Extremadura en el palacio de congresos. / El periódico

Vamos a ver a uno de los pianistas más queridos por la crítica tocando a Rajmaninov. O a los hermanos Machado hablando de las dos Españas y Els Joglars estará con ‘El rey que fue’ en el teatro López de Ayala de Badajoz: «Año 2023. El Golfo Pérsico. Un rey emérito, anciano y exiliado quiere sentir el sabor de su lejana y querida patria. Dispone una fiesta en un lujoso velero para degustar una deliciosa paella en alta mar. Periodistas, amigos, amigas, jeques y familiares están invitados. ¿Qué puede salir mal?». Albert Boadella y Ramón Fontseré reflexionan «sobre la naturaleza y la condición existencial de Juan Carlos I».

Lo que no puede salir mal (no, no voy a hablar del rey, me da mucha pereza) es el festival Electronic Fields, Festival de Arte Electrónico y Tecnologías Libres de la Campiña Sur de Extremadura, que se desarrollará durante todo el fin de semana, hasta el domingo, en distintas sedes de Llerena, Fuente del Arco y Reina (Badajoz). La inauguración oficial es a las 20.30 horas en el patio del Ayuntamiento de Llerena. Catalina Pulido, directora del Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC), presentará a Maite Cajaraville, directora del festival. Electronic Fields construye una mirada fundamentalmente artística y vocacionalmente multidisciplinar sobre el presente y el futuro del medio rural extremeño, indagando en la relación entre arte, ciencia, tecnología, ecología y sentimiento de pertenencia». Podrán ver una exposición ‘deslocalizada’ de instalaciones y proyectos de arte electrónico, pero también un laboratorio de arte y ciencia de inspiración ecológica, talleres tecnológicos, ‘performances’ audiovisuales y presentaciones de proyectos artísticos, colectivos y redes rurales. No puede tener mejor pinta. En fin: que lo dirija Maite Cajaraville es una garantía, así que esperamos que tenga larga vida y mucho éxito. 

Maite Cajarivlle, directora del primer Festival de Artes Electrónico y Tecnologías Libres de la Campiña Sur.

Maite Cajarivlle, directora del primer Festival de Artes Electrónico y Tecnologías Libres de la Campiña Sur. / El periódico

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