CACERES 2016: Ricardo Busciglio (0), Sam Jones (5), Kelvin Peña (12), Luis Felipe Gruber (14), Juan Sanguino (10) --cinco inicial-- José María Panadero (11), Félix Ortiz (13), Harper Williams (15), Alberto Aspe (0), Lorenzo Díaz (0).

BLANES-BS HOTELES ALMERIA: Adrian Tigert (10), Tyray Pearson (18), Fran Rueda (8), Jesús Castro (5), Javier Zalvide (2) --cinco inicial-- David García (0), Roberto Rueda (4), Anton Savitski (4), David Mesa (10), Pascual Sánchez (0), Juan Carlos Liñán (4).

ARBITROS: Rial y Magallanes.

MARCADOR POR CUARTOS: 17-25, 33-40 (descanso), 66-58 y 80-70 (final).

Al final, Cáceres 2016-Caja Rioja, como se preveía. Parecía que esa inminente e importantísima cita podía nublar en algo el rendimiento del equipo de Piti Hurtado y así fue durante la primera parte ante el correoso Blanes Almería. Después, los jugadores locales despertaron y cogieron fuerzas, aunque fuese gastando algunas, porque siempre es mejor llegar a un playoff después de ganar.

Del partido de anoche hay que quedarse sobre todo con la segunda parte, en la que el Cáceres utilizó probablemente a su mejor arma: la afición. Después de unos primeros minutos algo anémicos (17-29, min. 13; 33-40, descanso), el equipo se alió con la hinchada para defender duro, correr y hacer canastas fáciles. Bien dos jugadores de la segunda unidad como Ricardo Busciglio y Félix Ortiz: tener banquillo es importante para lo que viene; bien Harper Williams como poliédrico referente de este equipo; bien gente como Kelvin Peña, Jones, Juan Sanguino y Panadero que no se esconden en los momentos importantes...

El Cáceres ya estaba por delante avanzado el tercer cuarto (52-50, min. 28) en medio de una creciente fiebre en la grada, como si los seguidores también hiciesen sus pruebas para el playoff y la posible fase de ascenso. Hasta el partido tuvo un final holgado, porque al Almería cada vez le costaba conseguir una mísera canasta y el Cáceres encontraba mil formas distintas de hacerlo. Diez puntos de ventaja a la conclusión significaban que hubo paliza en el segundo tiempo. La remontada tuvo el inequívoco aroma de que muy difícil será que alguien conquiste el Multiusos, pero no bastará con eso para subir. Harán falta unas enormes dosis de carácter para ganar en Logroño, pero a este equipo no le falta eso.