Llegó el día. Un domingo pleno de emociones extremas, del material del que están hechas las más dramáticas tardes de fútbol. A partir de las 18.00 horas, Cerro de Reyes, Cacereño --estos dos enfrentándose entre sí-- y Villanovense, que recibe al Toledo, se jugarán en 90 minutos la permanencia en la Segunda B.

La situación pinta sobre todo bien para los pacenses, a los que les basta un empate para estar totalmente tranquilos, sin preocuparse de nadie para seguir en la tercera categoría nacional la próxima temporada.

Mientras, los cacereños se verán abocados prácticamente a la eliminatoria de permanencia frente a otro quinto por la cola si sacan solo un punto del José Pache y necesitan ganar para aspirar a la salvación directa. Y los serones, muy cerca de estar desahuciados, buscarán una carambola que pasa por golear y que al propio Cacereño le goleen.

PARTIDOS CONECTADOS El estadio José Pache y el Romero Cuerda serán los escenarios del particular drama extremeño, pero también habrá otros cuyos resultados importarán a la hora de resolver las múltiples combinaciones matemáticas que se pueden dar y que implican a varios equipos. Es el caso del Alcalá-Racing B, en el que interesa que venzan los madrileños, o el choque de los filiales de Sporting y Tenerife, uno virtualmente salvado y el otro descendido, pero cuyo desenlace podría influir en posibles empates a puntos.

La situación más cómoda es la del Cerro, que ha hecho un poco mejor los deberes que sus hermanos extremeños y por eso depende de sí mismo. Además, lo hace en su estadio, donde se presume un ambiente excepcional, con muchos aficionados llegados desde Cáceres. En todo caso, el conjunto de Faustino Bueno no debe bajar ni un segundo el pistón si no quiere sorpresas desagradables. Para ello, su club quiere un ambiente similar al de las muchas liguillas de ascenso que se han jugado en ese recinto. En realidad, se juega lo mismo: un puesto en Segunda B. Para el Cacereño, el triunfo del pasado domingo ante el Tenerife B (4-0) ha aclarado en buena parte el panorama. Un empate le garantizaría ser como mínimo quinto y la eliminatoria de permanencia. Si gana, estaría automáticamente libre de todo lío y metería en problemas al Cerro de Reyes, que básicamente dependería de que el Villanovense venciese al Toledo para no caer al "playoff".

Por último, la única opción del equipo de Jaime Molina, pese a su gran recta final de temporada, es que entre su hipotético triunfo y la derrota del Cacereño se volaticen los diez goles de diferencia que hay entre ambos equipos en el gol average general, ya que en el particular andan empatados. Y aún así, los villanovenses serían quintos por la cola, un mal menor que firmarían ahora mismo.

El estado de nervios general de las aficiones está garantizado. Es seguro que un equipo extremeño llorará y que muy probablemente otro tendrá que prolongar su temporada dos partidos más. Otro respirará aliviado. Es la ley del fútbol. En 90 minutos puede cambiar todo.