Acumulaba tres semanas con problemas musculares. Su propio entrenador, Angel Marcos, le había recomendado en varias ocasiones que parase. "Pero siempre quiere jugar", dijo el técnico viernes pasado, entre resignado y convencido de que la voluntad del jugador era lo que se iba a imponer.

Pero Toni Sánchez, lateral del Cacereño, ya no puede más y estará al menos una semana en el dique seco, sometido a tratamiento médico y fisioterapéutico. No ha tenido más remedio. No ha podido más. Ni sus ganas ni su profesionalidad se han podido imponer a la dolencia física. El pasado domingo, ante el Jaén, estuvo más de 20 minutos cojeando sobre el campo hasta que, a falta de cinco para el final, fue sustituido por Martins.

La profesionalidad del sevillano linda la temeridad. Nunca se esconde. Jamás rehuye. Cojo, incluso se atrevió a lanzar una falta. Le tocó lidiar con el jugador más rápido del rival, el extremo Brian.

Pero ayer ya lo supo oficialmente: se perderá el partido del domingo en La Roda para intentar estar a tope ante el Marbella, en la siguiente jornada. Deberá descansar y recuperarse, ya que corría el peligro de romperse para largo tiempo.

Marcos deberá recomponer, una vez más, la defensa. Tiene la opción de desplazar a Rubén Palero a la izquierda (el madrileño estará, en teoría, recuperado de su golpe del pasado domingo) o situar ahí a Salva, ya que la solución de urgencia de Aarón, que terminó ahí el domingo, es muy poco probable. Más bien imposible.