Es mirar un momento la clasificación y al Al-Qazeres se le olvidan todos los problemas que ha sufrido desde el verano, desde la disimulada fuga de Andrea Ríos a las graves lesiones de Mariona Martín y María Romero. El conjunto que dirige Jacinto Carbajal solamente ha perdido un partido de los 13 que ha disputado y encara como líder la segunda parte de la competición con el objetivo indisimulado del ascenso.

Es, por descontado, la mejor primera vuelta de las tres temporadas que ha militado el equipo en la Liga Femenina 2, aunque la comparación no pueda ser muy exacta porque en las dos anteriores había menos componentes.

En la campaña 2012-13, la del debut a nivel profesional del club, llevaba un balance de siete victorias y tres derrotas y ocupaba el segundo puesto de la clasificación. Llegó a meterse sin apuros en la fase de ascenso, pero en ella perdió el encuentro decisivo contra UPV.

Remodelaciones

Aquello fue una decepción que se transformó en alegría doce meses después. En la siguiente temporada, la 2013-14, sí se logró el éxito en el momento supremo, en Logroño. Con 12 equipos (uno más que en la anterior), la primera vuelta había resultado muy similar a la actual, con diez partidos ganados y uno solo perdido (segundo posición). La diferencia es que ahora hay dos equipos más y, al menos aparentemente, la adición de los equipos vascos y canarios han convertido al grupo A en más exigente.

Al igual que cuando llegó el ascenso, el Al-Qazeres está en proceso de remodelación de la plantilla iniciada ya la campaña. Si en aquel entonces llegaron Claudia Aponte y sobre todo Tatiana Kehsler para dar un salto de calidad, en esta las incorporaciones han sido ya dos, Carla Nascimento y Jovana Vidakovic, y todo hace indicar que habrá una tercera, en este caso una jugadora interior que se una a Julie Forster, Marieme Cisse y Silvia Romero.