No habrá ni un solo acontecimiento polideportivo este fin de semana en Extremadura y probablemente tampoco el que viene. El voleibol, a través de una federación nacional que se resistió sorprendentemente a ello, se acabó uniendo a los aplazamientos generalizados que en los días anteriores habían anunciado fútbol sala, rugby y baloncesto, entre otros. Los entrenamientos de la práctica totalidad de clubs que trabajan con categorías han quedado parados por ahora.

En voley, Los equipos de Superliga 2 tanto masculina (Cáceres Patrimonio, Pacense Voleibol y Grupo Laura Otero de Miajadas) como femenina (Extremadura Arroyo) recibieron el jueves por la mañana con el alivio el cambio de criterio federativo, que se había mantenido en sus trece de disputar los encuentros programados a puerta cerrada.

A los protagonistas no les gustaba la idea de jugar sin público, primero por evitar riesgos a la salud propia y después por respeto al aficionado fiel. Se daban circunstancias tan extrañas como la del Cáceres, que se medía a un equipo de la Comunidad de Madrid, el Collado Villalba, que durante los últimos días ha asistido al cierre de su pabellón por precaución. Es posible que en los propios recintos deportivos de Extremadura ocurra lo mismo durante los próximos días, pero es una decisión que aún no se ha ejecutado.

Por su parte, el Arroyo emitió un comunicado en el que, además de mostrarse satisfecho, aprovechó la situación para mandar un mensaje «de prudencia y responsabilidad, animando a que se sigan escrupulosamente las recomendaciones de las autoridades sanitarias para mantener la prevención del contagio, por el bien individual y colectivo».

CALMA EN EL CÁCERES / El Cáceres Patrimonio de la Humanidad debía jugar hoy ante el Força Lleida en la LEB Oro, pero tendrá que esperar para hacerlo. El club --que a última hora anunció el cierre de sus oficinas hasta nueva orden-- organizó una comparecencia de tres de sus rostros más visibles para hablar de la situación que se había generado. El denominador común también fue estar muy de acuerdo con el parón, por mucho que sea sin fecha concreta de regreso, entre otras incógnitas.

«Se ha pasado de reducir el riesgo de contagio a evitarlo directamente con esta decisión. La apoyamos al cien por cien», dijo Sergio Pérez en su faceta de gerente. «El club seguirá una serie de protocolos en relación a sus jugadores, cuerpo técnico y demás personal para continuar en nuestra dinámica de trabajo», añadió. En ese sentido, indicó que los entrenamientos del primer equipo solo continuarán si se garantiza la seguridad de los protagonistas.

Ningún verdinegro tiene síntomas tras la revisión médica, pero no han sido sometidos a los tests de coronavirus, reconoció Pérez. Dejó en manos de la Federación Española la designación de fechas para los partidos que van a quedar pendientes.

Para Roberto Blanco, el entrenador del equipo, «llevamos una semana con un ambiente enrarecido. La gente quiere, pero en la cabeza no era lo mismo. Era difícil mantener la concentración. Esto es una cuestión de personas. Tenemos que preocuparnos de la salud propia». Dejó para hoy la configuración del planning de la próxima semana, en la que lo que lo único seguro es que tampoco se visitará al Almansa, como aparece en el calendario de la competición.

Especialmente crudo fue Luis Parejo, el capitán: «La semana ha tenido incertidumbre, pero desde el club nos han dado tranquilidad al vestuario. Esperemos que todo esté dentro de la normalidad y no hay casos de histeria ni de nerviosismo». Y reconoció sin tapujos que los jugadores no querían disputar el partido ante Lleida: «Nos reunimos cuando acabó un entrenamiento para hablarlo. No lo veíamos bien por salud y porque no queríamos jugar sin nuestra gente».