Baloncesto. LEB Oro

Roberto Blanco, felicidad con matices

El entrenador del Cáceres lamenta no poder celebrar la permanencia en LEB Oro como hubiera deseado y espera hacerlo el domingo ante el Girona

Roberto Blanco, durante un tiempo muerto.

Roberto Blanco, durante un tiempo muerto. / José Pedro Jiménez

José María Ortiz

José María Ortiz

Da la impresión de que no está del todo feliz Roberto Blanco, entrenador del Cáceres Patrimonio, pese a que su equipo haya conseguido la permanencia en la LEB Oro. “Estamos en una semana un poco extraña. Hemos pasado de la decepción absoluta por la derrota en la pista del Canoe a la alegría por haber cumplido el objetivo de la permanencia, aunque no sea de manera oficial, y poder jugar el último partido de la segunda fase en nuestra casa, con nuestra afición y ante un gran rival”. Así reflexionaba el técnico placentino este viernes, aunque todo se puede compensar ganando el domingo a las 12.30 al Girona en el Multiusos.

En realidad, Blanco tiene un motivo claro para la expresar con nitidez y emotividad esa sensación extraña que se le percibía en la rueda de prensa previa al último duelo de la segunda fase. “Ha sido una semana atípica en un año atípico, raro y dificultoso. Tan difícil que no estamos pudiendo celebrar haber conseguido un objetivo tan complicado, pero vamos a afrontar esto como una final más”, apuntó el técnico.

Su comparecencia no dejó una sola frase para el desperdicio periodísico. “El equipo se merece una última victoria en casa. El trabajo en líneas generales ha sido excepcional dentro de las dificultades”, agregó. “Igual el tener tan cerquita ciertos objetivos como es el playoff a falta de dos jornadas, estar en tu mano, enturbia un poquito esta última jornada, pero es que veo cómo está la liga y cómo lo están pasando otros equipos históricos y grandísimos entrenadores y no puedo estar más que contento y feliz de que el Cáceres se haya ganado en la pista, a falta de la oficialidad de la federación, estar un año más en la LEB Oro. Los jugadores se lo han ganado. Estaría dando saltos de alegría, pero tengo la sensación de que no lo puedo hacer”.

El técnico verdinegro reivindica el colectivo en las circunstancias especiales y lo traslada a la vida diaria relacionada con la pandemia. “Es un éxito la permanencia, pero no lo creo hoy, sino desde el día 1 de esta temporada. Es un éxito porque no es una temporada habitual. Yo intento extrapolar esto a la vida de todas las personas en esta pandemia. Trabajo y vivo de esto, como los jugadores. Cualquier otro trabajador en este país debe haber pasado un año muy complicado: ha tenido que dejar de ir a trabajar, ha estado en Erte, ha tenido que volver con restricciones...”

El enrenador del Cáceres establece comparaciones muy al uso. “Eso mismo pasa con un jugador y con un entrenador de baloncesto y su cuerpo técnico. Todo eso lo hemos vivido. Nosotros hemos tenido un protocolo para todo durante seis meses y en esos seis meses no se han podido juntar en el vestuario. A nosotros también nos ha afectado y por eso es un éxito. Pero no es un éxito de Roberto, sino de Cáceres, de su directiva, de sus jugadores, de su cuerpo técnico, de Cristina que está en las oficinas”.

Blanco incide. “Insisto: hay que ver cómo está la gente ahí fuera. Cómo están en otras ciudades históricas de baloncesto en España y no quiero resultar ni pedante ni ñoño: esa es la realidad. Lo siento de verdad, de corazón. Siento mucho este club, este equipo y esta ciudad y que lo hayamos conseguido extraoficialmente (que tengo que poner siempre la coletilla) claro que es un éxito. Si jugamos los playoff…”

“Pero creo que ahora después de conseguir cierto nivel de victorias y derrotas conseguir la salvación sin reforzar al equipo, como han hecho todos los equipos. Nosotros no lo hemos reforzado, lo que hicimos nosotros hicimos fue un cambio de cromos. Hemos tenido lesiones y no hemos podido fichar. No concibo esto de manera individual. A mí me da igual, no necesito que nadie me dé palmadas, pero creo que al resto habría que dárselas”.

A pesar del gran éxito, dice que tiene “un gran conflicto. Me cuesta mucho no exteriorizar mi felicidad cuando el equipo gana y mi tristeza cuando se pierde. Caer ante el Canoe ha tapado conseguir extraoficialmente la salvación. No lo podemos celebrar como nos merecemos, pero como se merece todo el mundo. Cuando vi el otro día a los jugadores de Ourense ganar el partido en Lleida y mostrar esa felicidad absoluta, sentí cierta envidia porque nosotros no podemos enseñar eso porque como no estamos salvados oficialmente no podemos exteriorizar esa alegría. ¿Qué podríamos haber jugado mejor? ¿Qué podríamos haber ganado algún partido más? Claro, pero esto es deporte, pero me siento como cohartado. No puedo expresarme como quiero y tengo la sensación de que nadie lo está haciendo. Hasta los jugadores se miran y se dicen ¿nos hemos salvado? ¿sí, no? ¿las cuentas? No sé, me parece un poco triste, cuando habría que estar muy muy muy contentos?”

Roberto Blanco sigue hablando en términos colectivos. “Perdimos y nos salvamos, extraoficialmente, por nuestros méritos. Si no hubiésemos ganado los cinco partidos anteriores estaríamos descendidos. Aunque pierdas y te salves tiene mérito. Ahora jugamos contra Girona y tenemos la posibilidad de disfrutar de una victoria en casa ante un rival del máximo nivel que aspiraba a jugar por el ascenso y hay posibilidad de jugar playoff. Esto lo firmaría cualquiera: salvados a falta de una jornada y tener la opción de ganar en casa y meterte en playoff. Siempre se puede hacer más, claro”.