«Hoy jugamos como en casa». Era la expresión más repetida por los aficionados del CD Badajoz en el famoso parque de La Libertad de Almendralejo, centro neurálgico de la fiesta previa al partido que reunió a las aficiones de Badajoz y Zamora en una gran jornada de convivencia. La capital de Tierra de Barros se tiño del rojiblanco del Zamora, pero sobre todo del blanquinegro del Badajoz. Largas filas de coches desde la carretera de Badajoz aparcadas a ambos lados de la calzada evidenciaban un desembarco histórico de la hinchada del Badajoz en su ciudad hermana de Almendralejo.

Blanquinegros en el parque de La Libertad. R.M.

Muchos aficionados del Extremadura se sumaron a la fiesta pacense e hicieron de embajadores por bares y restaurantes de la localidad durante todo el día. El primer ejemplo de deportividad lo pusieron los presidentes de ambos clubes. Joaquín Parra y Víctor de Aldama, de Badajoz y Zamora, compartieron un café en el Hotel Acosta Centro, a escasos metros del Francisco de la Hera, apenas hora y media del encuentro. Una muestra más de la deportividad entre ambos contendientes.

Joaquín Parra y Víctor de Aldama, presidentes de los equipos. R.M.

En la grada, evidentemente, el color predominante fue el blanquinegro. Gradas que superaban ligeramente el 50% del aforo, pero que daban aliento y empuje al Badajoz durante todo el encuentro. Fue un clamor la hinchada pacense en Almendralejo. No dejó de animar ni un solo minuto y mantuvo en alto la fiesta en todo momento. 

Seguidores rojiblancos en el estadio. RFEF

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El partido también dio pie a que la fiesta fuera completa. Durante los minutos finales, los jugadores del banquillo del Badajoz se arrancaron en palmas y se levantaron al unísono con sus aficionados para ponerle la guinda al fin de fiesta. El pitido final provocó un estallido de júbilo y las celebraciones se estiraron media hora más sobre el terreno de juego. 

Las aficiones de Badajoz y Zamora se dieron la mano deportivamente con cánticos de agradecimiento de unos hacia otros. La felicidad era completa en el Badajoz, que recordará esta histórica semifinal a escasos metros de su casa, aunque en otra llamada Almendralejo de la que sabe que siempre tiene las llaves.