Desde la directiva del Extremadura UD se guarda silencio y se trabaja de puertas para adentro, pero de puertas para afuera el nerviosismo y la incertidumbre se ha apoderado de la afición y el entorno azulgrana, que ve como se acerca peligrosamente la fecha del 27 de octubre y la inyección de capital por parte del Grupo Khalifa de 3,5 millones de euros aún no se ha producido.

El club tiene un acuerdo firmado con el Grupo Khalifa para la entrada de capital. Ese dinero llega del fondo ruso Aquila, pero la orden de transferencia anunciada hace más de una semana no ha llegado a su puerto y el dinero no reza en las arcas azulgranas. La situación es límite y lo saben desde el club, sin descartar obviamente nuevas alternativas.

La puerta, por lo tanto, está entreabierta. El Extremadura UD está en una situación límite y ahora mismo estaría en disposición de valorar otras propuestas de inversión, ya que lo importante ahora mismo es la entrada de dinero que desatasque las deudas contra la masa y pueda dar clarividencia a la aprobación de un convenio de pago a acreedores.

Intereses ha habido, pero no consta, de momento, ninguna propuesta en firme. Lo cierto es que el Extremadura UD, pese a estar en fase de concurso de acreedores, puede ser un caramelo de inversión para empresarios que apuesten por el fútbol. Eso sí, la opción de la ampliación de capital parece más difícil si no llega Grupo Khalifa con los 3,5 millones. Si no fructifica esa llegada, quedarían dos opciones: que la actual directiva ponga el dinero o que se produzca una venta del club en tiempo récord para salvar los muebles. De hecho, muchos inversores ven en estos plazos grandes oportunidades para meterse en el mundo del fútbol.

De momento, los días pasan y nada sucede. Según ha podido saber este periódico, la plantilla no tiene noticias aún de los movimientos y espera el dinero como agua de mayo. Tampoco se sabe si dictaminarán emprender nuevas acciones reivindicativas en el partido ante la Cultural Leonesa o si deciden jugar sin más y esperar el desenlace. Como dijo Kike Márquez, “sólo faltan unos días”. El Extremadura está en el alero, pero la esperanza no se pierde. Al fin y al cabo, este club siempre ha vivido al límite.