El fútbol tiene tantas oscilaciones, sobre todo en lo anímico, que seguramente, todos los aficionados del Mérida hubieran firmado al descanso del partido de su equipo en el Vicente Sanz rascar aunque sea un empate después de llegar al tiempo de asueto por detrás en el marcador, mostrando una mala imagen y sin recursos en el banquillo, pues cabe recordar que excepto el portero suplente, Adriá Rojas, y Álvaro Ramón, con un esguince que le impedía estar al máximo nivel, el resto del banco eran jugadores del filial. 

Lo cierto es que al final el resultado fue de tablas y, sin embargo, el enfado era monumental para los visitantes. «Tenemos que pedir perdón a la afición porque no hemos estado a la altura», aseveraba Nacho González, al igual que también mostraba su contrariedad el cancerbero, Javi Montoya: «hoy estoy muy enfadado porque no se nos puede escapar el partido en el último segundo».

El motivo de esa frustración final es que el Mérida por fin tuvo fortuna en jugadas y decisiones arbitrales puntuales, pero ni con esas le dio para ganar. Primero el árbitro entiende que hubo una agresión de Lolo Pavón sobre Nacho, por lo que le expulsa a los cinco minutos de la reanudación, solo cuatro minutos después, Álex Herrera se equivoca en un despeje y marca en propia puerta, y por último, el árbitro interpreta un derribo dentro del área de Manu Mikel sobre Johan Montes como punible para señalar una pena máxima que Lolo Plá transformó para darle la vuelta al marcador a poco más de cinco minutos para el final. Pues con todo esto, el Mérida dejó escapar la victoria en la última acción del encuentro, y por eso el punto supo muy amargo, cuando la victoria, que no era un resultado justo por lo visto en el terreno de juego, hubiera sido balsámica para los romanos.

La plantilla está con su entrenador. Cierto es que había rumorología tuitera sobre el futuro de Juan García, pero la celebración del propio Lolo Plá yéndose derecho al banquillo para abrazar a su técnico, muestra la mejor imagen de piña entre la plantilla y el cuerpo técnico. El propio delantero lo reconocía al final del choque al afirmar que «el equipo está con él, se está trabajando muy bien y él no es responsable de que haya tropecientas lesiones, si hay que culpar a alguien es a los jugadores y no al cuerpo técnico porque es envidiable cómo trabaja. Todos estamos a muerte con él». 

En esa misma línea se explicaban tanto Montoya al afirmar que «el equipo está unido, en la idea del míster es en la que creemos», como Nacho, «se habla mucho del míster, pero él no tiene culpa, lo tenemos que solucionar nosotros. Por supuesto que estamos con él. Juan es un entrenador que siempre está al lado del jugador. Es un tío trabajador y estamos con él. Lo teníamos en nuestra mano para reivindicar al míster y decirle a la gente que él no es culpable, que nosotros somos los que jugamos».

Ante estas muestras de confianza desde el vestuario, el técnico se mostró en la rueda de prensa después del choque «contento porque nos respalda el trabajo. El vestuario lo tenemos de nuestro lado, entendemos que los resultados te condicionan», y también reivindicaba el punto conseguido porque «volvemos a puntuar fuera, aunque el sabor es malo por cómo ha sido el empate, yo soy el primer responsable, pero me siento muy agradecido por el apoyo».