Deporte de una categoría modesta y kilómetros en la carretera para sus protagonistas es un binomio habitual, pero lo que va a protagonizar Iago Castro este fin de semana resulta especialmente llamativo. En su dualidad de entrenador ayudante del Cáceres Patrimonio (LEB Oro) y técnico jefe del Torta del Casar Extremadura (Liga EBA) se le avecina una sucesión gigantesca de viajes en apenas 48 horas. La cifra impacta: serán 2.536 los kilómetros que, uno arriba, uno abajo, recorrerá en virtud de sus responsabilidades.

Su aventura empezará este viernes, cuando parta en autobús con el Cáceres con destino a Prat deLlobregat, donde el equipo juega a las 17.00 horas del sábado su partido. En la localidad limítrofe a Barcelona intentará aportar su granito de arena para buscar una victoria que consolide la conseguida ante el Juaristi. 

Con el resto de la expedición regresará justo después, teniendo prevista su llegada a Cáceres aproximadamente a las 7.30 del domingo. A esa hora, el Torta del Casar ya habrá partido hacia Jerez de la Frontera, donde a las 12.30 tiene ese día visita al Xerez Club Deportivo. Sin embargo, Castro no quiere perderse el choque y, sin pasar por casa, se trasladará inmediatamente hacia la ciudad gaditana en el coche que conducirá Raúl Trapote, padre del jugador Alex Trapote. Si no hay imprevistos, estará a tiempo. Y, después, vuelta a Cáceres con el resto del equipo otra vez. 917+917+351+351=2.536 kilómetros. El domingo por la noche es fácil imaginar lo reventado que estará, pero todo lo compensaría una doble victoria.

«Mientras sea físicamente posible ir, iré», comenta el entrenador gallego, que ya se perdió un partido del Torta porque estaba con el Cáceres en Melilla. «No tiene sentido que les pida un último esfuerzo a mis chicos y yo me quede en mi casa descansando. Más que nada porque quiero ir y me apetece. Me da igual dormir cero, dos horas o diez», explica.

Aparte, Castro hace un balance positivo de la primera vuelta que está a punto de terminar:«estoy muy feliz y muy orgulloso del trabajo de todos, teniendo en cuenta de los recursos que disponíamos. Le hemos dado la vuelta a una desventaja y lo hemos convertido en una virtud».